Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia,

Es únicamente por Cristo Jesús, como podemos conocer a Dios. Y esta es la más grande bendición que podemos obtener en Él. ¿Desea usted recibir y gozar de esas bendiciones? primero necesita arreglar el problema del pecado en su vida. La clave es saber que Jesús ya pago la deuda de tu pecado, nos justificó, por lo tanto, ante Dios, no tenemos que figurar, como culpables de juicio y de muerte. El pecado que nos separaba de Dios, fue perdonado, por medio de Cristo nuestra relación con Dios ha sido restaurada y ahora somos adoptados como hijos de Dios.