(Centro De Vida)
Escritura
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Filipenses 4:13 Vino, pues, palabra de Jehová a mí, diciendo: 5 Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones. 6 Y yo dije: ¡Ah! ¡Ah, Señor Jehová! He aquí, no sé hablar, porque soy niño. 7 Y me dijo Jehová: No digas: Soy un niño; porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande. 8 No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte, dice Jehová.
Existe tanta maldad en el mundo hoy día, encendemos nuestros televisores o la radio, solo para escuchar noticias de una tragedia tras otra, asesinatos, robos, drogadicción, abortos, y la lista sigue y sigue; en todas partes del mundo se oye de guerras, hambres y nuevas enfermedades que están acabando con el hombre. Ante tan abrumadora conglomeración de asuntos, nos sentimos debilitados, es como que si estuviéramos en altamar nadando y ya sin fuerzas para mantenernos a flote. Yo me he dedicado a luchar en contra de las fuerzas del mal, he levantado mi voz en contra del pecado en diferentes partes del mundo, he suplicado al ejército del Señor, despertarse y tomar parte activa en la lucha contra Satanás. Día tras día estoy aquí para reunirme contigo y para tratar de compartir enseñanzas de la Palabra de Dios que te fortifiquen y te den ánimo para la batalla, sin embargo, en más de una ocasión, me han dado deseos de abandonar la batalla, me pongo a pensar: ¿Y quién soy yo?, ¿acaso una sola persona puede hacer un cambio en este mundo cuando existe tanta maldad? A veces siento que estoy tratando de sacar toda el agua del océano con una pequeña taza, ¿cuándo acabaré? Es en ese momento, que el precioso Espíritu Santo, con aquella voz quieta, me reprende fuertemente, me hace ver que, si tengo esa actitud, nunca haré nada, también me recuerda que no soy yo quien hace cambios si no Dios, lo único que tengo que hacer yo, es ser obediente a su liderazgo en mi vida, y Él se encargará de lo demás. Yo no me mantengo a flote en este mundo, es Dios con su mano poderosa quien me mantiene en donde estoy, y si Dios está conmigo, ¿quién puede hundirme o dañarme?, lo único que interesa en cuanto a mi vida, es asegurarme de obedecer a Dios, y Él hará todo lo demás. Lamentablemente, hoy existen muchos cristianos que han sido vencidos por Satanás de esta misma manera, Satanás viene a ellos con la mentira de que no saben nada, de que son demasiado débiles, de que no tienen popularidad de que están solos y de que nunca podrán servir a Dios, ellos le creen sus mentiras y nunca hacen nada para el Señor, no importa que Filipenses 4:13 les indique que “Todo lo pueden en Cristo quien les fortalece” ellos prefieren creerle al diablo porque es más fácil así, pero déjame decirte que de esa manera nunca llegarán a conocer la verdadera felicidad, siempre vivirán oprimidos y humillados. Dios no desea eso para nosotros, para Él nosotros somos muy especiales, Él quiere que tengamos victoria en esta vida y Él está ahí para asegurar esa victoria si solo nos rendimos a Él y le obedecemos, no importa cuál sea nuestra edad, estatura, nivel de educación, no importa el nivel que tengamos en la sociedad, somos especiales para Dios y Él nos dará la victoria una y otra vez si nos sometemos a Él confiando en su Palabra y siendo obedientes a ella. El profeta Jeremías, fue uno de los que tuvo que pasar por esta valiosa lección. Vamos en nuestras Biblias al libro de Jeremías, busquemos el capítulo uno y leamos los versículos 4-8. Jeremías 1:4-8, dice lo siguiente: “Vino pues, palabra de Jehová a mí, diciendo: Antes que te formases en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones. Y yo dije: ¡Ah! ¡Ah, Señor Jehová! He aquí, no sé hablar, porque soy niño. Y me dijo Jehová: No digas: Soy un niño; porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande. No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte, dice Jehová”. Como puedes ver, la excusa que quería usar Jeremías era su edad, ¿cuántas veces no he visto yo a padres quienes detienen a sus hijos de servir al Señor por decir que eran demasiado pequeños para ello?, ¿Cuántas veces no he oído a los jóvenes decir que no pueden hacer algo porque nadie les tomará en cuenta debido a que están tiernos todavía? Cuando me pidieron a mí ser el portavoz del Contacto Cristiano, todas estas cosas corrieron por mi mente, pero el Señor prometió estar conmigo y nunca, nunca me ha dejado, yo sé que el Señor me ha usado porque recibo cartas cada semana de personas quienes hacen comentarios del programa, y con cada carta, Dios me dice, ¿te fijas?, y tú me estabas poniendo pretextos, yo puedo usar a cualquier persona, en cualquier lugar en cualquier tiempo, con tal de que me obedezcan, el asunto es que yo estaba confiando en mí poder y el Señor estaba confiando en su poder, y ahora comprendo que yo debo olvidarme de mi poder y confiar en el suyo también. En este momento me estoy acordando de un hermano a quien estimo mucho en el Señor. La primera vez que tuvo su encuentro con nosotros, fue en su casa, unos hermanos de nuestra iglesia, habían llegado a su hogar para hacer un estudio bíblico, este hermano con su pelo largo y en traje de baño, se sentó en medio del piso para escuchar, quizás en su corazón se había decidido a comprobar a todos los presentes que el evangelio a él no le podía afectar, pero mi hermano Oscar Alfaro, no sabía con quien se había metido, pocas semanas después Dios tocó su corazón, el hombre se arrepintió de sus pecados, invitó a Jesús a entrar en su corazón, aprendió a leer la Biblia en nuestra iglesia, se graduó del instituto bíblico Centro de Vida, y ahora está sirviendo al Señor como misionero en la ciudad de Abilene Texas en los Estados Unidos. Este hermano, salvadoreño, mucho mayor que yo en edad no solo nos ha sorprendido a todos nosotros, sino que se ha sorprendido a sí mismo, el hombre es un vivo testimonio de lo que Dios puede hacer, no existen excusas. Mi hermano Óscar Alfaro te puede decir que si Dios ha podido usarlo a él, puede usar a cualquier persona y yo te digo lo mismo, Dios nos puede tomar por muy ignorantes que seamos y hacer algo maravilloso con nuestras vidas, no importa cuál sea nuestra edad o nivel de educación. ¿Usó Dios a un hombre adiestrado en armas para luchar en contra del gigante Goliat? ¡No!, usó al pequeño David, un niño derribó al gigante y el arma que usó fue una honda que llevaba una piedra la cual Dios dirigió directamente a la frente del gigante. Dios obtuvo la victoria ese día usando a un niño. Todo esto te lo estoy diciendo porque quiero que comprendas que la persona que se presta para ser usada por Dios será usada. Dios tomará a la persona sin tomar en cuenta sus capacidades y la usará para su honra y gloria, capacitando a la persona para lograr el propósito que Él quiere llevar a cabo, lo único que la persona tiene que hacer es obedecer. Si tú tienes esta actitud, hazla a un lado, esa actitud no hará nada bueno. Si no conoces a Cristo, comprende que Él te quiere, así como eres Él tomará tu vida, la cambiará y hará algo maravilloso contigo, solo tienes que venir a Él, si no sabes cómo, escríbeme, yo con gusto te enseñaré lo que tienes que hacer. Si eres mi hermano, ya no pongas excusas. Moisés dio la excusa de que no podía hablar bien, Jeremías dijo que él era niño, pero Dios los usó, ¿qué excusa vas a poner tú? Lo único que hace esa actitud es estorbar nuestro crecimiento espiritual, es dañino para nosotros, así que pon a un lado las excusas, confía en el poder de Dios y sé obediente a su llamado, esto es todo lo que tenemos que hacer y veremos su poder en acción en nuestras vidas. Vamos a orar. Padre, gracias te damos por amarnos y por hacer algo maravilloso con nosotros, siempre y cuando nos rendimos a tu voluntad, te doy gracias por el privilegio de servirte y por usarme en este medio, reconozco y en mí no hay nada que haga que en este programa tenga éxito, pero estoy confiando en tu poder, eres tú quien tocas y cambias vidas, eres tú quien das iluminación e inteligencia. Solo tú eres digno de la honra y gloria de todo lo que este programa representa, ayúdanos a comprender que contigo mi Señor, no hay nada imposible, quítanos la actitud de que no somos nada y que no tenemos la capacidad de servirte. Haznos comprender que tú nos capacitarás, así Padre, podemos servirte de todo corazón, y podremos estar seguros de que nuestras vidas tendrán éxito, en el nombre de Jesús te lo imploramos. Amén.
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