(Centro De Vida)
Escritura
Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.
Todos los días me levanto a las seis de la mañana para pasar un rato con el Señor. Me baño y salgo para la oficina, me siento junto al escritorio, meto una hoja de papel a mi máquina de escribir y le pido a Dios que me dirija en lo que voy a escribir, esto sucede de lunes a viernes, todas las semanas. Escribo mis pensamientos para este programa radial, orando todo el tiempo que Dios me de las palabras correctas y que las use para cambiar vidas, al terminar de hacer esto, paso a las otras actividades del centro de vida, donde sirvo como uno de los pastores, mi especialidad es trabajar con jóvenes, ¿por qué? No lo sé, solo sé que el Señor me ha dado un sentir muy especial para la juventud, sin embargo, la juventud tiene gran cantidad de problemas, así que la tarea de trabajar con ellos no es fácil, requiere mucho trabajo, paso día tras día, semana tras semana, mes tras mes, y año tras año, estudiando planeando y llevando a término metas que Dios nos ha dado. Junto con otros hermanos dedicados a esta obra, oramos, preparamos cantos y estudios especiales que tienen la meta de ayudar a los jóvenes, vivir vidas que agraden a Dios y que les dará la victoria sobre el mundo. Al mismo tiempo creo en discipular, así que existen varias personas a quienes atiendo personalmente, ayudándoles a entender el porqué de la vida cristiana y mostrándoles sus responsabilidades como hijos de Dios. Nuestra iglesia tiene un plan fuerte de evangelismo. Realizados por medio de estudios bíblicos en casa, estas casas es de miembros de nuestra membrecía, los que dirigen los estudios bíblicos en sus casas, son líderes en nuestra congregación, cada uno de ellos, ha recibido estudios especiales y son extensiones de los pastores para atender mejor a los miembros y amigos de nuestra congregación, siendo uno de los pastores, yo los dirijo indicándoles estudios que la congregación necesita, pasando tiempo con ellos en oración, animándoles cuando los veo decaídos y entrenándoles para servir mejor al Señor. Nuestra iglesia, tiene un instituto bíblico para entrenar bien a los que tienen puestos en nuestra congregación. Nosotros creemos en preparar a los miembros de nuestra iglesia, para que ellos puedan hacer la obra del ministerio, nuestro deseo es que sepan pelear la buena batalla. Nuestro instituto actualmente está abierto los días domingo, lunes y martes de las 6:30 am hasta las 10:00 pm. Tenemos tres meses de estudio, un mes de descanso y continuamos con otros tres meses de estudio, al hablarte de todas estas cosas, no lo hago para que digas: ¡Mira cuánto trabajo hace el hermano Ricardo! Te lo estoy diciendo porque quiero que te des cuenta de lo fácil que sería para mí decir: Pienso que he peleado suficiente, creo que me merezco un descanso. Hoy voy a divertirme un poco en las cosas del mundo, me he ganado este derecho, al hacer esto, cometería un grave error, porque Satanás lo usaría para destruir mi testimonio, tener la actitud de que ya he hecho suficiente, yo hago más de lo que hace la mayoría es una actitud pésima que nunca debería ser permitida permanecer en nuestra mente. Nuestra actitud debería ser: No importa cuánto he hecho, nunca podría pagarle a Dios por todo lo que Él ha hecho por mí. Mi deseo es servirle cada día de mi vida y hacer todo lo que pueda por avanzar en su reino, sucede que llega un punto en la vida de todo cristiano, cuando se le crece un poco la cabeza y siente que es casi invencible, lo que debiera entender es que nunca debiera bajar la guardia en este mundo, no puede darse el lujo de descansar, porque en el momento en que se descuida Satanás estará ahí para pegarle un golpe que le traerá al suelo. 1 Corintios 10:12, dice: “Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga”. La batalla no se acabará hasta que regrese mi Señor Jesús, Satanás no dejará de atacarme, debo estar preparado, nunca puedo ser tan ignorante como para tener esa actitud de que he peleado yo lo suficiente, ahora voy a descansar y dejar que otros peleen, yo ya terminé, déjame decirte algo, cuando hayas terminado el Señor te lo hará saber porque te llevará a casa. Entre tanto tenemos vida, debemos servirle y luchar por engrandecer su reino aquí en la tierra. Al rey David, le sucedió algo semejante a lo que estamos hablando, si quieres puedes leer del relato histórico en 2 Samuel, capítulo 11 de tu Biblia. Sucede que en el tiempo en que todos los reyes salían a guerra, David, con su actitud de que ya había peleado lo suficiente, envió a su general Joab a pelear para él, él se quedó en Jerusalén descansando, cuando debió haber estado con sus tropas, quienes habían situado la ciudad de Rabá, se sentía fuerte y firme ahí en su palacio, pasando el día durmiendo mientras que otros peleaban por engrandecer el reino y por defender sus propias vidas, la Biblia dice que al caer la tarde, se levantó David de su cama y salió al terrado de su casa, donde vio a una mujer que se bañaba. En vez de taparse los ojos, el rey bajó la guardia y permitió que Satanás le tentara, vinieron a su mente las vidas de otros reyes quienes no eran tan poderosos como él y que se divertían en sus orgías. Él había peleado fuertemente por llegar al lugar donde estaba y merecía un poco de diversión, ¿qué malo había en que mirara a una mujer desnuda? Le era imposible tocarla pues ella estaba lejos y se la quedó observando, bajó más la guardia y Satanás lanzó otro golpe, ahora el rey David envía por uno de sus siervos y les pide información acerca de la mujer, el siervo regresa con la información que David desea, la mujer se llama Betsabé, es casada pero su marido anda en la batalla contra Rabá, con el general Joab, ella está sola. David, por haberla quedado viendo, ahora ha permitido que Satanás tenga lugar en su carne y no ha sido suficiente verla, los deseos de su carne aumentan, manda por Betsabé y tiene relaciones con ella. Satanás tiene bien agarrado al rey del pueblo de Israel y ahora no soltará a David. Betsabé queda embarazada, David hace un sinnúmero de intentos de tapar su error, pero no pudiéndolo hacer, finalmente sale a asesinar al marido de Betsabé para poder quedarse con ella, así que el que piensa estar firme, mire que no caiga. ¿Cuál fue la ruina de David? Una mala actitud, la actitud de que yo he peleado bastante, me merezco un poco de diversión, voy a descansar un poco y dejar que otros peleen en mi lugar; si tan solo hubiera ido a pelear con el ejército, si tan solo hubiera huido de la situación, en vez de creerse lo suficientemente fuerte para poderla vencer. Esto era lo que quería que entendieras cuando yo te conté de todo el trabajo que estoy haciendo, no es asunto de jactarme, y no importa qué tan activo es el cristiano en los quehaceres para el Señor, no importa la posición que tenga, nunca está exento de ser golpeado por el enemigo, le es necesario asegurarse de que su relación con Dios vaya bien momento a momento y nunca, nunca, nunca bajar la guardia, porque en el momento que lo hace por muy fuerte que piense estar, verá que el enemigo es astuto y totalmente preparado para tumbarle, y así aplastarle en su servicio a Dios, debemos tener cuidado de cultivar esa actitud de que yo he peleado suficiente y ahora merezco un descanso. La batalla no termina hasta que viene Cristo y debemos estar preparados. Debemos velar, orar y luchar con todas nuestras energías, te aseguro que si estuviéramos en una batalla física y viéramos los balazos. Las bombas y al enemigo que nos estaba tratando de destruir, no nos descuidaríamos, por muy cansados que estuviéramos, no pondríamos nuestra arma la mantendríamos prepara y lista para atacar o defender. Así mismo debemos estar en la batalla espiritual, siempre preparados, no podemos darnos el lujo de dormirnos, ni de bajar la guardia. Vamos a orar. Padre, el problema con el estudio de hoy, es que el enemigo no quiere que creamos en una batalla espiritual, la carne tiene el deseo de ver y tocar y nos cuesta mantener la mente en lo que está sucediendo en espiritualmente. Padre, ayúdanos a ver lo que está sucediendo a nuestro alrededor, aumenta nuestra fe y danos la fuerza que necesitamos para luchar en contra de Satanás. Recuérdanos mantener arriba nuestra guardia y nunca bajarla, ayúdanos a depender más y más de ti, porque si no aprendemos a hacerlo, Satanás nos golpeará y nos atrasará. Todo esto te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.
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