Escritura
Ardillita: Hoy es un día muy lindo, es emocionante ir a la casa de Dios para aprender de su Palabra. Ah hola Javierita ¿cómo estás? Javiera: Igual que tu Lulu, alegre y lista para conocer más de la Palabra de Dios Ardillita: El día de hoy vamos a conocer y aprender de la familia de Jacob, el hermano de Esaú, con quien se reconcilio, después de muchísimos años de estar enojados. Javiera: Que bueno que ambos pudieron perdonarse y volver a estar unidos como familia. A Dios le encanta que las familias siempre estén unidas, así es como El las bendice. Ardillita: Jacob llego a tener una docena de hijos. ¿Sabes cuánto es una docena? Javiera: Si, son 12. Sí que era grande la familia de Jacob. Ardillita: De esos 12, los dos más pequeños de edad eran José y Benjamín. José se parecía mucho a su papá y eso hacía que Jacob se sintiera muy orgulloso de él, tanto así que le compro una túnica muy hermosa de colores. Javiera: y ¿Qué es una túnica de colores? ¿Que la hacía especial? Ardillita: Una túnica era la ropa que usaban en esa época, pero era muy raro encontrar una combinada con diferentes colores, además que podían ser muy cara. Pero eso no le importo a Jacob amaba mucho su hijo José. Javiera: Esa ropa diferenciaba a José del resto de sus hermanos. De verdad que Jacob lo amaba mucho. Ardillita: Los hermanos de José, ya eran mayores, pero además que no querían a José, también irrespetaban a su Padre. Le robaban, se burlaban de él, y se portaban muy, muy mal. Javiera: Ahora entiendo porque Jacob no estaba orgullo de ellos. La Palabra de Dios nos manda a honrar a nuestros padres siempre, y si lo hacemos, Dios nos bendice. Ardillita: Muy cierto Javierita. Un día Jacob envió a José a ver como estaban sus hermanos, que llevaban varios días cuidando las ovejas en el campo. Cuando lo vieron llegar, se molestaron mucho y dijeron: haya viene él pone queja de nuestro hermano, seguro ira con nuestro padre a contarle todo lo malo que hacemos...