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Huellas del Hombre de Dios
El Hombre De Dios Se Sacrifica
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Abr 08, 2022
Abr 04, 2022
Duración:
00:14:32 Minutes
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2

Escritura

Romanos 12:1-8; Mateo 23:12.

Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. 2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. 3 Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno. 4 Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, 5 así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros. 6 De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; 7 o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; 8 el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría. Romanos 12:1-8 Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido. Mateo 23:12

Romanos 12:1-8, nos dice: “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno. Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros. De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría”. Por más cierto, nuestro texto es un poco largo hoy, pero lo leí todo porque nos da una buena descripción del verdadero hombre de Dios. Con el estudio de hoy llegamos a la quinta marca que señala o identifica al verdadero hombre de Dios; observemos nuestro texto cuidadosamente, para ver cuáles cualidades podemos encontrar. En el versículo 1 de nuestro texto, vemos que el hombre debe ser accesible para Dios, debe presentar su cuerpo al Señor en sacrificio vivo. Eso no es algo por lo cual debemos hacernos para atrás en temor; no hay que tener temor en presentarnos a Dios en sacrificio, no tenemos que temer porque sabemos que Dios es misericordioso; por su misericordiosa es que nos salvó, por su misericordia nos preservará para el día en que iremos con Él. Podemos presentarnos en sacrificio vivo a Dios, sin tener miedo porque sabemos que Él siempre nos tratará con misericordia. Debemos dar nuestros cuerpos en sacrificio vivo porque ya le pertenece. El cuerpo físico del creyente en Jesús es el único cuerpo que el Espíritu Santo de Dios tiene por medio del cual puede hacer el trabajo de Dios en nuestro mundo hoy día; según el versículo, este será un sacrificio continuo , pues es un sacrificio vivo, esta clase de entrega es tan lógica que el versículo nos señala que es nuestro culto racional o servicio razonable; Dios desea que nosotros nos entreguemos a Él, Él no nos esforzará; Él nos espera con paciencia, aguardando el momento  en que los presentemos a Él, Él nos espera, nos recibe y luego nos da más de lo que nosotros podemos darle a Él. El versículo 2 nos enseña que debemos ser separados del mundo, nos señala dos áreas. En primer lugar, no debemos conformarnos al sistema del mundo, y, en segundo lugar, debemos transformarnos por una renovación espiritual. Estas dos cosas, se tienen que llevar a cabo si es que queremos ser verdaderos hombres de Dios. El conformarnos al mundo, sería meternos en el mismo molde que el mundo mete a todos; ya sabemos cómo podemos meter una mezcla en un molde para darle la forma que queremos; eso es lo que hacen con los anillos de graduación; el oro es puesto en un molde que lleva la insignia del colegio donde uno va, y al enfriarse es sacado del molde y lleva el diseño del colegio. Dios nos ha dicho que nosotros no debemos ser puestos en el molde del mundo para salir con los diseños del mundo; no debemos ser puestos en ese molde, y no debemos llevar los diseños del mundo; nosotros, debemos llevar los diseños de Dios. No es cosa fácil no conformarse al mundo, el verdadero cristiano siempre luchará renovando sus pensamientos de acuerdo a las cosas de Dios y transformándose a una persona diferente a la que es producida por el mundo. Esta palabra transformación, viene de la traducción griega que significa metamorfosis, es el cambio que ocurre en el gusano cuando lentamente se transforma en una mariposa. Así, el verdadero hombre de Dios se irá transformando poco a poco de acuerdo a la renovación de su mente en cosas espirituales. El verdadero hombre de Dios debe ejercer el control de su espíritu; siempre vamos a encontrar un problema con el orgullo, el orgullo debe de ser combatido en la vida del creyente; según el versículo 3, del capítulo 12 de Romanos, el hombre no puede tener más alto concepto de sí que el que debe tener.   El hombre de Dios debe pensar de sí con cordura, debe ser humilde. La humildad es una virtud que agrada mucho a Dios. Dios se opone al orgullo y da gracia al humilde; una actitud de superioridad, nunca nos señalaran a un verdadero hombre de Dios. Mateo 23:12, nos dice: “Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido”. El hombre de Dios será un hombre humilde que no se las da de gran cosa.   El verdadero hombre de Dios será activo en una iglesia, él sabe que pertenece al cuerpo de creyentes; Dios nos ha hecho con la necesidad de compañerismo, está en nosotros el ayudar a otros y ser ayudado; la Biblia nos habla claramente en el versículo 5 diciendo: “Así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otro”. Nadie puede llegar a tener madurez espiritual por sí mismo, nadie es salvo para sí mismo; somos salvos para servir, crecemos por medio de servir, cada uno necesitamos ser servidos por otros creyentes, porque crecemos cuando otros nos sirven también, por eso es que pertenecemos al cuerpo; por eso es que necesitamos sentirnos parte de ese cuerpo.   Nuestro cuerpo físico se compone de diferentes miembros. Cada uno de estos miembros tiene una función diferente y sin embargo pertenecen al mismo cuerpo; los ojos ven para el cuerpo, los pies andan para todo el cuerpo, las manos ministran a todo el cuerpo; Dios así ha diseñado a nuestro cuerpo y así como trabaja nuestro cuerpo físico con sus diferentes miembros, así también es como trabaja el cuerpo espiritual de los creyentes, cada uno tiene necesidad del otro y ningún miembro se cree autosuficiente. Todos somos parte del cuerpo espiritual y necesitamos la función de cada quien.   Según los versículos 6 al 8 de nuestro texto, el verdadero hombre de Dios debe ejercer los dones del Espíritu Santo. Dios ha dado a cada creyente un don especial con el cuál ha de servir a los demás miembros del cuerpo; esta habilidad espiritual es usada por el Espíritu Santo, bajo la dirección del Señor para la honra y gloria de Dios el Padre. Estos dones son colocados en el cuerpo por Dios mismo, de acuerdo a su voluntad; esos dones deben de ejercerse bajo la supervisión de Dios, y lo que debe hacer el verdadero hombre de Dios es discernir el don que Dios le ha dado y usarlo para la honra y la gloria del Padre.   Al leer cuidadosamente los primeros 8 versículos del capítulo 2 de Romanos, encontramos que el hombre debe ser accesible a Dios, debe separarse del mundo, o sea, no ser como los del mundo, debe estar en control de su propio espíritu, debe ser parte activa del cuerpo de Cristo, y debe ejercer los dones que el Espíritu Santo le ha dado. Es así como llegamos a la conclusión de nuestro estudio sobre “Marcas que señalan al verdadero hombre de Dios”. Hemos visto que el hombre de Dios llevará las marcas de salvación entrega, santificación, espiritualidad y sacrificio. Pienso que debemos asegurarnos de que estas marcas existan en nuestra vida, y así el mundo nos identificará como verdaderos hombres de Dios.   Vamos a orar. Padre, gracias te damos por tu Palabra que nos ayuda a saber cómo debemos vivir para agradarte a ti. Padre, te pedimos que nos ayudes a poner estas enseñanzas en práctica en nuestras vidas, necesitamos lograr estas cinco marcas para que el mundo mire nuestras obras y te glorifiquen a ti, sabiendo que verdaderamente somos tuyos. Señor es difícil hoy día distinguir a los cristianos; muchos se han conformado al mundo. Ayúdales a comprender que hacen mal y que deben iluminar a Cristo, pues esa es la única esperanza que hay para el que vive en sus pecados. Ayúdanos porque te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.

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