El Salmo 32:1-2 y 5 nos dice "Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado. Bienaventurado el hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad, Y en cuyo espíritu no hay engaño. Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; Y tú perdonaste la maldad de mi pecado." Tales palabras uso un escritor de un himno expresando las bendiciones del perdón, luego expreso más allá sus sentimientos diciendo "Bendice, alma mía, a Jehová,  Y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus iniquidades." En el Salmo 103:1-3. Ese es el gozo que se siente el alma perdonada. Se puede decir lo mismo de cada una de los que hemos recibido a Jesús Cristo como nuestro salvador.