(Centro De Vida)
Escritura
1 Venid y volvamos a Jehová; porque él arrebató, y nos curará; hirió, y nos vendará. 2 Nos dará vida después de dos días; en el tercer día nos resucitará, y viviremos delante de él. 3 Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a Jehová; como el alba está dispuesta su salida, y vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía y temprana a la tierra. 4 ¿Qué haré a ti, Efraín? ¿Qué haré a ti, oh Judá? La piedad vuestra es como nube de la mañana, y como el rocío de la madrugada, que se desvanece. 5 Por esta causa los corté por medio de los profetas, con las palabras de mi boca los maté; y tus juicios serán como luz que sale. 6 Porque misericordia quiero, y no sacrificio, y conocimiento de Dios más que holocaustos. 7 Mas ellos, cual Adán, traspasaron el pacto; allí prevaricaron contra mí. 8 Galaad, ciudad de hacedores de iniquidad, manchada de sangre. 9 Y como ladrones que esperan a algún hombre, así una compañía de sacerdotes mata en el camino hacia Siquem; así cometieron abominación. 10 En la casa de Israel he visto inmundicia; allí fornicó Efraín, y se contaminó Israel. 11 Para ti también, oh Judá, está preparada una siega, cuando yo haga volver el cautiverio de mi pueblo.
Dios respondió al pueblo, señalando que su profesión de lealtad, como la niebla, se había evaporado y no tenía sustancia. Muchas personas encuentran que es fácil y cómodo mantener la apariencia de ser consagrados; pero ¿Es profunda y sincera su lealtad? Si profesa lealtad a Dios, respáldela con palabras y hechos.
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