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Estudio Libro De Oseas
El Incomparable Amor De Dios – Parte 2
Pastor - Andres Tinoco
(Centro De Vida)
Aired on Sep 18, 2021
Sep 18, 2021
Duración:
00:18:45 Minutes
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Escritura

Oseas 1:1-11

2 El principio de la palabra de Jehová por medio de Oseas. Dijo Jehová a Oseas: Ve, tómate una mujer fornicaria, e hijos de fornicación; porque la tierra fornica apartándose de Jehová. 3 Fue, pues, y tomó a Gomer hija de Diblaim, la cual concibió y le dio a luz un hijo. 4 Y le dijo Jehová: Ponle por nombre Jezreel; porque de aquí a poco yo castigaré a la casa de Jehú por causa de la sangre de Jezreel, y haré cesar el reino de la casa de Israel. 5 Y en aquel día quebraré yo el arco de Israel en el valle de Jezreel. 6 Concibió ella otra vez, y dio a luz una hija. Y le dijo Dios: Ponle por nombre Lo-ruhama, porque no me compadeceré más de la casa de Israel, sino que los quitaré del todo. 7 Mas de la casa de Judá tendré misericordia, y los salvaré por Jehová su Dios; y no los salvaré con arco, ni con espada, ni con batalla, ni con caballos ni jinetes. 8 Después de haber destetado a Lo-ruhama, concibió y dio a luz un hijo. 9 Y dijo Dios: Ponle por nombre Lo-ammi, porque vosotros no sois mi pueblo, ni yo seré vuestro Dios. 10 Con todo, será el número de los hijos de Israel como la arena del mar, que no se puede medir ni contar. Y en el lugar en donde les fue dicho: Vosotros no sois pueblo mío, les será dicho: Sois hijos del Dios viviente. 11 Y se congregarán los hijos de Judá y de Israel, y nombrarán un solo jefe, y subirán de la tierra; porque el día de Jezreel será grande.

La primera palabra de Dios para Oseas era algo para su propia vida. Esto es como Dios casi siempre trabaja. Oseas quizás hubiera preferido que Dios le diera una palabra para alguien más. Pero antes de que el profeta le pudiera hablar a la nación, él primera debía de escuchar lo que Dios tenía para él. A través de Su mandamiento hacia Oseas, Dios trae a la vida una ilustración, en esta ilustración Jehová es el marido de Israel, y la atracción apasionada y crónica por los ídolos era como la lujuria de un fornicario. Su pueblo era tan infiel como lo era una prostituta. Es esta ilustración vivida, vemos como la idolatría y rechazo de Jehová hace sentir a Dios. Cuando ponemos cualquier cosa delante del Señor, le duele como la infidelidad le duele a la víctima de adulterio en el matrimonio.

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