(Centro De Vida)
Escritura
"Someteos uno a otro en el temor de Dios."
TAMY: Oscar si yo te preguntara: ¿Como puedo ayudarte en los diferentes momentos de dificultades que atraviesas? Por favor no me digas que raje leña, me suba al techo a repararlo, o siembre frijoles, porque no lo voy hacer no porque no quiera, sino simplemente porque no puedo hacer esas cosas. Pero sé que ustedes los hombres son un poco orgullosos y llegan a creer que decir sus debilidades tiene que ver con su hombría. Y creo que no es así, todos los hombres son humanos y también necesitan que otros, en nuestro caso, las esposas, podamos ayudarles. OSCAR: Es cierto, se tiene un concepto equivocado y nosotros los hombres hemos caído en el error de creer que si yo vengo a ti como mi esposa y empiezo a decirte todo lo que me está pasando de dolor, sufrimiento, angustia, como que el decirlo no es de un verdadero hombre y eso resta hombría como dijiste. A veces también se cree que el más fuerte, el que no llora, el que no necesita ayuda es el hombre y nos encierran en un cuadro como que fuéramos personas en un museo o detrás de una vitrina. Por lo general esperamos ver a la mujer la que llora, pero si nos ven a nosotros los hombres llorar, como que se piensa mal, y aunque no lo digan audiblemente, por dentro estarán diciendo es un cobarde, llorón, pobre esposa con quién se casó. TAMY: Estoy muy de acuerdo en que tenemos ideas equivocadas de los hombres. Y es por eso que inicié la pregunta: ¿Como puedo ayudarte? No es para gozarme de lo que te pasa, o para amenazarte y decirte, está bien lo que te está pasando o reírme. El hacerlo con esa intención creo que nos faltamos el uno al otro y sobre todo a Dios. Efesios 5:21 dice: Someteos uno a otro en el temor de Dios. Luego sigue hablando de la función del marido y esposa. Pero lo que recalca aquí es someternos, o sea el entregarnos el uno al otro con el objetivo de que caminemos bien. No vamos a caminar bien cuando estamos sacando ventajas de nuestras dificultades, sino es cuando debemos de ayudarnos. OSCAR: Buenos, nosotros los hombres atravesamos por muchas dificultades. A veces no podemos manejar las distintas situaciones que se nos viene como el proveer los recursos para los múltiples gastos de casa. Aparte, cuando los hijos van creciendo, aunque uno quizás pueda estar el mayor tiempo fuera de casa, no deja de pensar en ellos. Se nos multiplica aun cuando tenemos que enfrentar diferentes enfermedades y no puedo darme el lujo de quedarme en casa. También, la lucha que tenemos como hombres y las tentaciones que no tenemos que salir a buscarlas, ellas se invitan solas. Creo que hay momentos como cuando los cobradores de luz, agua, internet, teléfono, como que se avisan y llegan el mismo día a cobrar. Igual, así a veces también se nos presentan los problemas. TAMY: Ok Oscar, déjame tratar de comprenderte. Al igual que nosotros las esposa, muchas veces no encontramos como decirle a nuestro esposo por lo que estamos pasando. Y también nos pasa que muchas veces el esposo no nos entiende cuando queremos hablarle de lo nuestro. Veo que casi tenemos en común las mismas dificultades, no los mismos problemas, pero si, la limitación de poder hablar de ello el uno al otro. Quizás con todo esto, un principio aplicable en nuestra relación: es el arte de hablar libremente, pero de esforzarnos a entendernos. OSCAR: Talvez añadiendo un poco más en relación a nosotros los esposo y como dijimos al inicio, el concepto equivocado que se tiene de los hombres. Pero nosotros lloramos, nos deprimimos, nos rendimos ante los obstáculos, y la diferencia es quizás no lo hacemos frente a otros, pero lo hacemos a solas. De todos modos, atravesamos esos momentos y si, somos un poco más orgulloso y cuando decimos, estoy bien, no me pasa nada, yo lo resolveré, la verdad es que, si nos pasa algo, no estamos bien y no podemos resolver los asuntos. Simplemente nos encerramos, no en un cuarto, pero en nosotros mismo y a veces no tenemos la humildad de ira a nuestra esposa y decirle: por favor necesito ayuda, porque lo normal es que la esposa venga donde uno, pero no nosotros ir donde ustedes. TAMY: ¡Me alegra! No que tengan problemas, pero conocer más como son ustedes, por lo que atraviesan, y por lo que realmente son: personas sensibles, de carne y hueso. Esto me ayuda a poder acercarme, estar más atento y es mi deseo como tu esposa, unirme a ti y que juntos, no importan quien atraviesa una dificultad, juntos podamos salir adelante. OSCAR: Gracias Tamy y así debe ser en cada matrimonio, un deseo de unirnos y velar por el bien del uno al otro, esto hace la diferencia, no los problemas sino la manera en que los enfrentamos. Gracias por seguirnos en Cápsulas Matrimoniales. LifeWord en español.
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