(Centro De Vida)
Escritura
En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. 5 La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella. 9 Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. Juan 1:4,5 y 9 Ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas. Hechos 17:25
Cada ser humano sea santo o pecador tiene una relación con Dios en Cristo Jesús, eso es lo que nos enseña Juan 1:4,5 y 9 leamos estos textos: “En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas nos prevalecieron contra ella. Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo”. En este texto encontramos el cuarto nombre que Juan da a Jesús en su primer capítulo, en el versículo 1 le llama “vida”, en el versículo 3 le llama “creador”, le llama “vida” en el versículo 4 y le llama “luz” en los versículos 5 y 9. Podríamos tomar cada uno de estos nombres y hablar largo rato pues, cada uno de ellos tienen profundo significado, pero hoy no nos da el tiempo. Vamos a ver lo que nuestro texto nos revela de la persona de Cristo, es evidente que estos versículos tratan de la relación que Él tiene con la humanidad, los versículos 1 y 2 hablan de la relación entre Jesús y Dios, el versículo 3 habla de su relación con el universo material incluyendo también al hombre pero ahora los versículos 4, 5 y 9 nos describen la relación entre Jesús y la raza humana, el mundo de la humanidad y quiero decirles que encontraremos cosas sorprendentes en este pasaje de las Escrituras. En primer lugar, vemos que Jesús es la vida de los hombres, el versículo 4 nos dice: “En Él estaba la vida”. ¿De qué clase de vida nos está hablando? Yo pienso que habla de vida física y espiritual. Permítame explicarles por qué creo así: en primer lugar, porque Jesús es la fuente de la vida física, como creador de todo, Él es el recurso de vida de todo lo que existe. Hechos 17:25 nos dice: “Él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas”. Si nos acordamos de la historia de la creación en Génesis nos acordaremos de lo que dice su capítulo 2:7 “Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente”. Dios dio al hombre físico aliento de vida, esto fue lo que hizo que fuera un ser viviente, Dios da vida al hombre físico, pero esto no es todo. Ahora en segundo lugar, Jesús es la fuente de vida espiritual, Él mismo dijo en Juan 5:26 “Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo”. ¿De qué clase de vida hablamos aquí? Jesús lo explica más en una oración que hace al Padre en Juan 17:2, Jesús dijo que el Padre le “había dado potestad sobre toda carne, para que le diera vida eterna a todos los que le había dado”. En Juan 10:10 Jesús dice: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”, aquí habla de vida eterna, vida espiritual. Juan escribió en 1 Juan 5:11 y 12 “Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida”. Jesús es luz al hombre, escuchemos nuevamente las palabras de nuestro texto: “En Él estaba la vida y la vida era la luz de los hombres”, Jesús es la luz de discernimiento moral, la luz que nos da la habilidad de distinguir entre el bien y el mal, la luz que nos ayuda en distinguir entre lo correcto y lo indebido. Romanos 2:14 y 15 nos dice: “Porque cuando los gentiles que tienen la ley hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos”. Jesús da poderes de discernimiento moral a cada hombre, de que, si es salvo o no y así cada hombre es responsable delante de Dios por su propia conducta, el hombre necesita la luz que Jesús da, como el resultado de la caída de la humanidad toda la gente camina en las tinieblas y viven en la tierra de sombras de muerte. 2 Corintios 4:4 nos enseña que “el dios de este siglo, Satanás, cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio”, solo en Jesucristo es que podemos encontrar esa luz. Cuando una persona recibe a Jesús como su Salvador, Dios resplandece en su corazón para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la paz de Jesucristo como nos lo dice 2 Corintios 4:6. Cada hombre tiene un conocimiento general de alumbramiento moral, pero aquellos quienes confían en Jesús como Salvador tienen la misma luz de Dios, la luz de vida e inmortalidad iluminando en sus corazones, en Él estaba la vida y la vida era la luz de los hombres. Debemos reconocer que muchos malentienden a Jesús, Juan 1:5 dice: “La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella”, quiero decirles que el evangelio es locura para muchos, escuchan el evangelio pero no lo comprenden, y por lo consiguiente no se arrepienten y no ponen su fe en la luz pero esto no quita validez de la luz y la falta de compresión no prevalece contra la verdad, Jesucristo vino al mundo como la luz del mundo y la luz de vida, Juan el Bautista dio testimonio de ello, sus obras y la voz del Padre mismo son testimonio de ello pero aun así la Biblia nos dice en Juan 1:11 que “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron”. Pablo dijo en 1 Corintios 1:18: “Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios”. Yo le doy gracias a Dios por habernos sacado de las tinieblas para exponernos a la maravillosa luz por medio de la predicación del evangelio, nosotros ya no vivimos en la ignorancia y el mal entendimiento de asuntos espirituales, ahora tenemos la capacidad de entender aquellas cosas que Dios nos ha dado libremente, sí, Jesús es la luz verdadera y nosotros somos iluminados en Él. Quiero que sepan que Jesús ilumina a todo hombre, Juan 1:9 nos dice: “Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre”. Jesucristo es la luz de la vida resplandece de manera que todos puedan ver, eso significa que todo hombre ha tenido tratos con Dios; el resto es sencillo, el que en Él cree no es condenado pero el que no cree, ya ha sido condenado porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios y esta es la condenación que la luz vino al mundo y los hombres amaron más las tinieblas que la luz porque sus obras eran malas. La persona que rechaza a Dios en Cristo Jesús es condenada, no tiene excusa. Dios personalmente ha iluminado a la persona para que pueda entender y recibir las cosas de Dios, Él ha recibido suficiente luz de tal manera que no tiene excusa si rechaza al Salvador, por esa razón es que cada persona debe confiar en Jesús para salvación o ir por la eternidad al infierno, Jesús es la verdadera luz, en que Él no engaña a nadie sino que trae a la persona a Dios, si tú tan solo te arrepintieras de tus pecados y aceptaras a Cristo hoy como tu Salvador, tú serías también un hijo de Dios por toda la eternidad. Ven a Él. Vamos a orar. Padre, gracias te doy por la salvación en Cristo Jesús, te pido que ilumines a mis amigos de tal manera que hoy conozcan la verdad y vengan arrepentidos a mi Salvador para recibir su perdón y la vida eterna, te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.
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