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La Resurrección
La Ganancia De La Resurrección
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Sep 09, 2021
Sep 06, 2021
Duración:
00:14:32 Minutes
Vistas:
24

Escritura

1 Corintios 15:12-22; Romanos 5:10

Pero si se predica de Cristo que resucitó de los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos? 13 Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó. 14 Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe. 15 Y somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios que él resucitó a Cristo, al cual no resucitó, si en verdad los muertos no resucitan. 16 Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; 17 y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados. 18 Entonces también los que durmieron en Cristo perecieron. 19 Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres. 20 Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. 21 Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. 22 Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. 1 Corintios 15:12-22 Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. Romanos 5:10

Muchas personas le dan poca importancia al hecho de que Jesús haya resucitado corporalmente de la muerte. Estas personas piensan: “Yo estoy pensando en Cristo como mi Señor y Salvador personal; tengo la seguridad del perdón de mis pecados y estoy bien con Dios ¿Qué importancia puede tener el hecho de que haya resucitado corporalmente o no? Lo que importa es que confío en Él”. Pero sí tiene importancia. Observemos lo que la Biblia nos dice en 1 Corintios 15:12-22 “Pero si se predica de Cristo que resucitó de los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos? Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó. Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también nuestra fe. Y somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios que él resucitó a Cristo, (…) y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados. Entonces también los que durmieron en Cristo perecieron. Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres. Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. (…) Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados”. Deseo que observen conmigo siete principios que encontramos en estos versículos. Estos principios demostrarán la importancia que tiene el hecho de que Jesús haya resucitado corporalmente. En primer lugar, la resurrección de Jesús da veracidad a nuestro mensaje. El apóstol Pablo nos dice que, sin su resurrección, nuestra prédica sería vana, dando a entender que no tendría significado. ¿Cómo podría nuestro mensaje ser usado por Dios para el bien de la humanidad, si contiene una mentira concerniente a la resurrección de Jesús? No podría. Nuestra enseñanza sólo tendrá la bendición de Dios si es que predicamos la verdad. Nosotros predicamos que Jesús ha resucitado; su resurrección hace que nuestro mensaje sea verdad y Dios administra sus bendiciones por medio de Él. En segundo lugar, la resurrección provee una base para nuestra fe. Sin su levantar de la muerte, nuestra fe sería vana. Una fe vana no sirve para nada. Si alguien va a creer en un Cristo que murió pero que no tiene vida, entonces esa persona no tiene fe cristiana ni ejerce su fe. La fe no tendría importancia si Jesús no hubiera resucitado. Pero Jesús está vivo y su continuo ministerio provee un fundamento para nuestra fe. En tercer lugar, la resurrección de Jesús hace verificar la veracidad de nuestro Evangelio: “Porque hemos testificado de Dios que Él resucitó a Cristo”. Si Él no venció a la muerte, somos hallados falsos testigos de Dios. Sería un grave error el mentir acerca del trabajo u obra de Dios; pesado castigo espera al individuo cuyas enseñanzas religiosas no relatan la verdad. Tal es el caso de aquél que enseña que Jesús vive si en realidad no resucitó. Yo te estaría mintiendo en estos momentos acerca de lo que Dios hizo en Jesucristo si en realidad Él no resucitó. Esto no sería el mensaje que quisiéramos oír, esa no sería la doctrina que quisiéramos seguir; claro que no. Nosotros deseamos oír a alguien quien predica la verdad revelada por Dios y la resurrección hace que nuestro mensaje tenga veracidad. En cuarto lugar, la resurrección de Jesús hace posible el perdón de pecados; y si no, entonces todavía estamos en nuestros pecados. Así como lo dice el versículo 17 de nuestro texto. Si Jesús no resucitó de la muerte, todos nuestros pensamientos del perdón del mal que hemos hecho son únicamente una decepción. Nunca habíamos sido perdonados y somos pecadores condenados al infierno. Sin embargo, Romanos 5:10 trae alegría a nuestro corazón pues nos dice “Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida”. Ése es el Evangelio cristiano, no es el sacrificio muerto sino un Salvador viviente en quien nosotros confiamos. Somos salvos porque Él vive su vida en nosotros. En quinto lugar, la resurrección de Jesús garantiza la seguridad de aquéllos quienes han muerto con fe en Él. Aparte de su resurrección, los que durmieron en Cristo perecieron. Sería una tragedia enorme el depositar el destino eterno en las manos de un Salvador que nos es capaz de levantarse a sí mismo de la muerte; pero ese es el caso si es que Jesús no resucitó. ¿Cómo podría una persona muerta salvarnos? Si no puede redimirse a sí mismo de la muerte ¿Cómo podrá redimirnos a nosotros? y si no puede librar de la muerte todos aquéllos que confiaron en Él y murieron, han perecido para siempre. Sólo fe en un Salvador vivo puede darnos seguridad de que algún día volveremos a ver a nuestros hermanos cristianos que se han ido para estar con el Señor. En vista de que Jesús sí resucitó, podemos tener plena confianza. En sexto lugar, la resurrección de Jesús nos da seguridad concerniente a lo que viene después de la muerte. Nuestra esperanza en Cristo no es solamente para esta vida; eso nos convertiría en los hombres más dignos de conmiseración. La fe cristiana se relaciona con esta vida y también con la que vendrá; da fuerza al individuo para soportar las pruebas que le vendrán en este mundo y le asegura de las bendiciones que vendrán en el mundo nuevo. Jesús da promesas que aplican a la vida en este lado de la muerte y también al otro lado de la muerte. Pero nosotros seríamos desanimados grandemente si es que no resucitó. El saber que Él está más allá de la muerte, preparando un lugar en la casa de su Padre, nos da seguridad de lo futuro tanto aquí como allá. Y en último lugar, la resurrección de Jesús nos garantiza nuestra propia resurrección corporal cuando Él regrese. Por medio de su resurrección, Él ha llegado a ser primicia de todos los que durmieron; “Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados” (1 Corintios 15:22). Notemos la expresión “primicias”; se refiere al primero de una cosecha grande que vendrá. La resurrección de Jesús garantiza la resurrección de los millones que han puesto su confianza en Él. Así como todos los que llevan en sí la naturaleza de Adán morirán, así también, todos los que llevan la naturaleza de Jesús vivirán. Cristo ha sido el primero para ser levantado a una vida inmortal más allá de la muerte; pero nosotros seremos levantados de la misma manera. Aunque nos visite la muerte física, seremos vivificados debido al hecho de que Él vive. ¿Qué importancia tiene el hecho de que Jesús haya resucitado corporalmente de la tumba, o no? La importancia está en que su resurrección da veracidad a nuestra enseñanza, provee un fundamento sobre el cual va basada nuestra fe, da poder a la obra de Dios, nos trae el perdón de pecado, nos asegura de la seguridad de aquellos cristianos quienes han muerto y nos da confianza concerniente al futuro en tiempo y en la eternidad. Tiene gran importancia; determina entre nuestra salvación o nuestra decepción. Jesús vive. Vamos a orar: Padre, gracias por la salvación que tenemos en un Salvador vivo. Te pedimos que nos ayudes en vivir en nosotros su vida para que otros puedan llegar a conocer la verdad. En el nombre de Jesús te lo pedimos. Amén.

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