Altivez de ojos, y orgullo de corazón, Y pensamiento de impíos, son pecado.

Alguien ha dicho que la actitud es lo más importante de todo, no podemos controlar las malas circunstancias de las cosas que vienen a nuestra vida, no podemos parar o escapar de las dificultades de la vida; pero en el liderazgo para ser un buen líder demanda una buena actitud, una buena actitud hacia otros, una buena actitud hacia nosotros mismos, una buena actitud hacia Dios. La Biblia habla acerca de esas tres áreas de nuestra vida, la Biblia dice en Proverbios 21:4 que la “Altivez de ojos, y orgullo de corazón, Y pensamiento de impíos, son pecado”. Piensa en esas tres áreas de su manera de pensar en otros o su actitud hacia otros.   Primeramente, cuando la Biblia dice “altivez de ojos” está hablando de la manera que evaluamos, la manera que vemos a otras personas especialmente si somos líderes, especialmente las personas que debemos servir; Dios nos ha llamado a servir a los demás en cualquier profesión. Piensen en la policía ellos tienen la responsabilidad de servir y proteger a la gente, un maestro tiene la responsabilidad de guiar y enseñar a sus estudiantes, no importa el nivel de educación que él tiene, lo más importante es que sirve a su gente por medio de enseñar; aun el presidente de un país tiene la responsabilidad de hacer pólizas que van a ayudar a la gente, tiene la responsabilidad de proteger el país de sus enemigos, todo es para servir a la población pública y un pastor especialmente tiene la responsabilidad de servir, la Biblia dice en Efesios 4 que Cristo dio los “pastores y maestros a la iglesia para perfeccionar a los santos”. Cuando hablamos, cuando enseñamos, cuando predicamos, lo hacemos para servir a los demás; queremos ayudar a cada persona que está escuchando nuestra voz a madurar y crecer en su fe y en su vida cristiana. Y de esa manera servimos a Dios por medio de servir a la gente con nuestras enseñanzas, pero si tenemos una mala actitud hacia los demás y pensamos que somos mejores que los demás porque tenemos un título de líder, entonces nunca vamos a cumplir el ministerio o la responsabilidad que Dios nos ha dado.   Y no solamente hablando de la actitud hacia los demás cuando la Biblia dice “orgullo de corazón”. Esto habla acerca de la actitud que tenemos hacia nosotros y es importante que entendamos que, aunque o tal vez Dios nos haya dado más oportunidades para tener una educación, tal vez Dios te ha dado más regalos y dones espirituales, más capacidades y talentos, y tienen un talento para hablar, talento para guiar y liderar a la gente. Tal vez tienen todo eso, pero recuerden que aun el aire que respiramos es de Dios, no podemos hacer nada sin la ayuda de Dios o no debemos pensar que somos más de lo que debemos pensar. Cristo dijo que “Apartados de mí, nada podéis hacer”.  Y eso significa nada, cada talento, cada capacidad, cada habilidad que tenemos viene de Dios y debemos honrar a Dios; y no pensar en una manera orgullosa o no debemos pensar en una manera más alta de lo que debemos pensar.   Y finalmente la actitud viene de nuestros pensamientos hacia Dios porque dice “y pensamiento de impíos, son pecado”. Si tenemos una actitud mala hacia otros, altivez de ojos es pecado, si tenemos una mala actitud hacia nosotros es orgullo de corazón es pecado y también los pensamientos de un líder si son impíos entonces es un pecado;  y eso puede ser un líder que no presta atención a la justicia, que no presta atención a los derechos de los demás, es un líder que abusa, manipula y trata de ganar todo lo que puede ganar de la gente que está sirviendo. La actitud determina todo el éxito para el líder, y un buen líder entiende que Dios ha dado una responsabilidad grande para servir y ayudar a los demás. No debemos pensar que somos mejores que los demás, que ellos son menos que nosotros; no debemos pensar que yo soy alguien especial porque yo soy el líder de este grupo. Dios nos ha dado la responsabilidad y la oportunidad para ocupar este puesto. Y también nuestros pensamientos deben honrar a Dios, no podemos ser un buen líder si nuestros pensamientos son impíos sino prestamos atención a la pureza, sino prestamos atención a la santidad, la honestidad, la justicia, la misericordia. Todas esas cosas que honran y glorifican a Dios, debemos tener una actitud que represente que somos siervos de Dios, que somos realistas de nosotros mismos y que amamos a los demás. Dios le bendiga con la mejor actitud que pueda tener.