1 Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. 2 Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado. 3 Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; 4 y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder,

Hoy vamos a seguir hablando acerca de la diferencia entre el líder natural y el líder espiritual, cuando hablamos de liderazgo siempre estamos pensando en cómo podemos ser mejores líderes, los mejores lideres posible y hablábamos de tres preguntas en la semana pasada, hablamos que la definición principal del liderazgo es la influencia, es la capacidad de influenciar a alguien más. Hemos hablado de la diferencia entre el líder, alguien que puede influenciar, pero cual es la diferencia entre esta persona y el líder espiritual; que el líder espiritual está trabajando, tratando de mover la gente hacia la agenda de Dios, hacia el plan, de Dios, hacia la voluntad de Dios. Siempre estamos pensando en cómo puedo yo ser más útil en avanzar la vida espiritual de alguien más. La diferencia es que, en el liderazgo espiritual, estamos hablando de un poder espiritual que viene por medio de servir al Señor. Pero es por medio del servicio de Dios y es para servir a los demás.   Otros han escrito sobre este tema hablando de la diferencia entre los dos y hablábamos de la diferencia entre natural y espiritual en el sentido que el liderazgo natural confía en sí mismo, conoce los hombres y toma sus propias decisiones, pero el liderazgo espiritual confía en Dios en vez de confiar en sí mismo, conoce a Dios en vez de solamente conocer a los hombres, busca la voluntad de Dios en vez de sus propias decisiones, su propio plan, su propia voluntad. El líder natural es ambicioso, el líder espiritual es humilde con ganas de agradecer al Señor. Dos hombres han escrito claramente sobre ese tema. Montgomery escribió que eran 7 cualidades necesarias para un líder militar, cada una apropiada para la guerra espiritual. Estamos aprendiendo de la vida natural, de la vida militar y aplicando a la guerra espiritual. Cuáles son las cualidades que él usa. Él dice primeramente que evitar que lo abrumen los detalles, no ser mezquino, no ser pomposo, saber seleccionar a las personas que sean idóneas para la tarea, confiar en otros para hacer un trabajo sin que el líder se entrometa, ser capaz de tomar decisiones claras e inspirar confianza. Todo eso es importante por cualquier líder, en cualquier área. Debemos tener la capacidad de no tirar la toalla blanca cuando tenemos demasiados detalles o la situación está difícil. Tenemos que aprender como seleccionar a personas que sean idóneas para la tarea que Dios quiere para la vida de ellos.   Pero hay diferencias entre esta lista de 7 que acabo de leer y una lista que hace John Maxwell. John Maxwell escribiendo desde el punto de vista de un creyente dice: 1) Un buen líder hace bien las cosas pequeñas. Eso es importante no es solamente llegar y predicar, no es solamente llegar y enseñar. Hay otras cosas que tenemos que hacer los detalles pequeños que son importantes para el ministerio, para fomentar relaciones personales para que podamos tener la influencia. 2) Él dice: un buen líder espiritual ha aprendido a concentrarse en las prioridades en vez de pensar en todas las otras cosas estamos pensando que es lo más importante en esta situación, cual es mi prioridad en el día, en la semana, en el mes, en el año, para el año. Cuáles son las prioridades que Dios quiere para mi vida y para mi liderazgo, para la iglesia, para mi clase, que estoy enseñando. 3) Un buen líder usa bien tiempo libre. 4) Posee intensidad de propósito. 5) Sabe cómo explotar el impulso. Y esta para mi es una de las más importantes. 6) Él dice que: un buen líder debe seguir creciendo. Nunca vamos a llegar al punto de que ya sabemos todo, no vamos a llegar al punto que no necesitamos estudiar, que no necesitamos buscar las riquezas del Señor por medio de su palabra, no vamos a llegar al punto que ya sabemos más que los demás y entonces no necesitamos prepararnos. Si ha llegado a un área en su vida que piense ya llegue, yo no necesito hacer más, yo no necesito aprender más, ya está cortando su capacidad para el liderazgo. Siempre debemos estar creciendo en cada área de nuestra vida, si somos esposos debemos estar aprendiendo como ser un mejor esposo, como podemos guiar nuestra familia, como podemos guiar la clase que tengo o el negocio que tengo o la iglesia que tengo. Siempre estamos aprendiendo más y más como hacer la obra del Señor. Tenemos que seguir creciendo. Y vencer, es el número 7 en la lista de John Maxwell, él dice vencer el desaliento y las situaciones imposibles, siempre vamos a tener desafíos, siempre vamos a tener problemas en el ministerio; estamos ministrando a personas reales y todos nosotros somos pecadores. Entonces la gente que estamos guiando van a tener problemas en sus vidas también, siempre hay dificultades, siempre hay situaciones difíciles y tenemos que, y debemos que aprender, es difícil a veces. Pero debemos aprender como vencer el desaliento, en vez de contar cuanta gente estaba en la iglesia, debemos enfocar en la prioridad del crecimiento espiritual por los cuales o para los cuales que tenemos, para la gente que tenemos. En vez de contar cabezas, estamos enfocando en la prioridad. Si solo tenemos 5, si solo tenemos 10, si solo tenemos 50, 30, cualquier número que tengamos.   La prioridad es lo mismo para el ministro del Señor, para un líder del Señor y esto es para avanzar la gente hacia la agenda del Dios. Ayudando a ellos no importa si hay 5 o si hay 6 o si hay 16 o si hay más. Es lo mismo, la prioridad es la prioridad. Debemos aprender y esta es una lección que estamos siempre aprendiendo porque siempre viene las luchas y tenemos que combatir, tenemos que pelear, tenemos que rechazar el desaliento por medio del Espíritu Santo, por medio de Dios ayudándonos. Y debemos comprender nuestras propias debilidades, cada uno de nosotros que dice que somos líderes tenemos debilidades, hay otros en nuestras iglesias que no tienen la misma debilidad, pero debemos aprender cual es la debilidad que yo tengo, cuáles son las debilidades que yo tengo en mi vida que van a estorbar 1) mi crecimiento espiritual; 2) mi crecimiento en capacidad y también mi influencia en las otras personas. Si yo tengo la tendencia de explotar en enojo y enojarme por pequeñas cosas, eso va a destruir mi ministerio, puede destruir mi ministerio; yo tengo que comprender mis debilidades y trabajar en esas áreas para mejorar la debilidad y no poner excusas. No debemos poner excusas para nada, si somos culpables, somos culpables; si fallamos, debemos admitir que hemos fallado; si hemos fracasado, debemos admitir yo he fracasado. En vez de buscar una excusa para lidiar la razón por la que has hecho lo que has hecho, debemos admitir la debilidad, busca al Señor, busca su palabra y crecer en un área mejor, en esta área para ser una fortaleza en vez de una debilidad.   Otra vez el liderazgo es la influencia, el liderazgo espiritual es avanzar la gente, influenciar la gente hacia la agenda de Dios para sus vidas. Y la diferencia es que un líder espiritual sirve por medio del Señor para los demás, pero para hacerlo tiene que hacer bien las pequeñas cosas, aprender a concentrarse en las prioridades, usa bien su tiempo, posee intensidad de propósito, saber cómo explotar el impulso, sigue creciendo, vencer el desaliento y las situaciones imposibles y comprender sus propias debilidades. Sigue guiando hermanos, hermanas. Sigue adelante y Dios les use grandemente. Amén.