(Centro De Vida)
Escritura
No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. 2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. 3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Juan 14:1-3 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar. Génesis 3:15 Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. 7 Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto. Isaías 9:6 y 7
En medio de una sociedad confundida surge la pregunta: ¿A qué fin viene el mundo? Por todos lados hay aumento de inmoralidad, abuso de drogas, perversión sexual y desnudez, deshonestidad, guerras y rumores de guerras, crisis económica, escasez de alimentos, polución y asesinatos. La lista no tiene fin y nos causa náuseas. Repito: ¿A qué fin está llegando el mundo?, ¿A dónde nos llevará y cuándo terminará esta locura? La Biblia da una respuesta al dilema del hombre. La palabra de Dios dice que Jesús va a regresar para arreglar las maldades del hombre. El vendrá por una segunda vez en calidad de juez y no como Salvador; Él vendrá para recompensar a los justos y castigar a los malvados. Aquél quien nació en un establo, reinará esta segunda vez como Rey de Reyes. Jesucristo viene otra vez. Durante los opacos días de la segunda guerra mundial, el general Douglas MacArthur fue esforzado en huir a las islas Filipinas, mientras que la fortaleza del corregidor caía bajo la invasión de los japoneses. Este distinguido general dio una promesa a las personas antes de huir; él dijo: “Yo regresaré”. Pocos años más tarde hizo precisamente eso; con la ayuda de fuerzas aliadas regresó victorioso. Otro hombre, el Dios-hombre, dijo casi dos mil años pasados la misma cosa: “Yo regresaré”. Escuchemos lo que nos dice Juan 14:1-3; esto es lo que dijo Cristo: “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis”. ¿Podemos confiar en las Escrituras de que Cristo vendrá otra vez?, ¿De veras enseña eso la Biblia? La promesa de la que se habla más en cuanto concierne a la Biblia es la promesa de la segunda venida de Cristo. 7 de cada 10 capítulos de la Biblia hacen referencia a su venida, existen más de 320 referencias en el Nuevo Testamento concerniente a su venida otra vez. En los próximos 5 mensajes vamos a tratar específicamente con señales de su venida. Sin embargo, me parece que es necesario que en primer lugar establezcamos una convicción fuerte de la palabra de Dios de que Jesús sí va a regresar al mundo. En el primer libro de la Biblia, Génesis, Dios hace una promesa a los pecadores. Adán y Eva pecaron en contra de Dios en desobediencia a Él; una maldición fue puesta sobre toda la naturaleza y Adán y Eva fueron expulsados del bello paraíso llamado el Edén. Los ojos del hombre habían sido abiertos al pecado, fue separado de Dios debido a su propia desobediencia. Aun viendo el fracaso del hombre, Dios en su misericordia dio una esperanza a Adán. Él prometió en Génesis 3:15, enviar un libertador, un Salvador por los pecados del hombre. Dios se dirigió a Satanás, quien en ese momento tenía forma de serpiente y le dijo: “Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; esta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar”. Cuando Cristo, el Hijo del Hombre, murió en la cruz, Satanás le hirió en el calcañar; o sea, él le causó dolor y sufrimiento. Por su muerte sacrificial, Cristo nos ha dado la oportunidad de ser salvos, libres del poder de Satanás. El Hijo del Hombre, así en esta forma, tiene el poder de herir en la cabeza a Satanás. La victoria total sobre Satanás aún no está completa. Esta victoria vendrá en el último día cuando Satanás es lanzado al lago de fuego para siempre. Sucederá después de la venida de Jesús por segunda vez. Podemos ver que Génesis 3:15, era una promesa que involucra la primera y segunda venida de Cristo, la cruz y el reino eventual de Él. Esta promesa de la segunda venida de Cristo en el Antiguo Testamento es sólo un principio de esperanza. Tal vez sorprenderá a muchos de ustedes el hecho de que hay 22 veces más versículos en el Antiguo Testamento que hablan de la segunda venida de Jesús en comparación a su primera venida. Enoc, el séptimo hombre después de Adán, profetizó de su segunda venida cuando dijo: “He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares, para hacer juicio contra todos, (…) todos los impíos de todas sus obras impías que han hecho impíamente, y de todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él”. Job dijo: “Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo; y después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios”. Éstos sólo son dos versículos que hablan de su segunda venida en el Antiguo Testamento. Fue esta misma información concerniente a la venida de Cristo, el Mesías, que causó tanta confusión en la mente de los judíos del primer siglo. La falta de poder distinguir entre las profecías del Antiguo Testamento en cuanto a su primera y segunda venida fue lo que les hizo rechazar a Cristo. Ellos observaron la vida humilde de un carpintero y dijeron: ¿A dónde está el Mesías triunfante del que nos hablaron los profetas? Este Jesús de Nazaret no puede ser el Mesías, su vida no cumple con las Escrituras. Ellos voluntariamente ignoraron las promesas de Cristo en Juan o en cualquier otra parte en donde Él habló concerniente a su segunda venida para reinar desde el trono de David. Su segunda venida cumplirá todos los cientos de pasajes del Antiguo Testamento que hablan de su gloriosa y majestuosa venida. consideremos este pasaje en Isaías 9:6 y 7 “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto”. Esta bella escena será realizada mientras que Cristo regresa por la segunda vez para reinar sobre el trono de David. Ese día ya viene. La primera y segunda venida de Cristo es como que si estuviéramos fijándonos en las cimas de dos montañas. A una larga distancia aparentan estar cercanas, casi juntas; al acercarnos observamos que existe un gran valle entre ellas. Nosotros estamos viviendo en ese valle; pero la cima de la segunda montaña se está aproximando. Brevemente hemos considerado el punto de vista en cuanto a la segunda venida de los hombres del Antiguo Testamento. Las últimas palabras de Cristo antes de ir a la cruz eran promesas de que Él regresaría. Las primeras palabras dichas después de que Cristo ascendiera al cielo fueron que Él iba a regresar. La última promesa en la Biblia es que Él va a regresar. Las Escrituras del Nuevo Testamento hablaron repetidamente acerca de su venida. Pablo dijo lo siguiente en Tito 2:11-13: “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo”. Pedro dijo lo siguiente en 2 Pedro 3:10: “Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas”. Tenemos esta promesa en 1 Juan 3:2: “Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es”. Todo el libro de Apocalipsis nos habla de su segunda venida. Apocalipsis 1:7 dice: “He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén”. Si estamos definitivamente seguros de que Jesús va a regresar, ¿No deberíamos estarle esperando? Quiero recordarles en este lugar de que es pura ignorancia y necedad el violar la enseñanza de la Biblia por medio de intentar fijar una fecha para la venida de Cristo. Mateo 25:13 nos recuerda de que nadie sabe la hora ni el día. Sin embargo, la Biblia nos da señales para ayudarnos en saber que su venida se acerca. Debemos fijarnos en esas señales y estar alerta. Vamos a orar: Padre, cómo ansiamos la venida de Nuestro Señor. Ayúdanos a actuar de acuerdo para no desperdiciar los momentos breves y valiosos que nos quedan. Te lo suplicamos en el nombre de nuestro Señor Jesús. Amén.
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