Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro?” Mi socorro viene de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra.

Estamos pasando por momentos muy difíciles. Una pandemia que azota el mundo entero. Que ha traído muerte y dolor a muchas familias. La condición económica ha desalentado a muchos. En muchos países todavía no nos podemos reunir en el templo. Viendo toda esta situación, la pregunta que surge es: ¿Qué podemos hacer? Para responde la pregunta ¿Qué podemos hacer? Permítanme compartir tres cosas esta semana con ustedes. Primero: Podemos Elevar Nuestros Ojos Buscando Ayuda. Samos 121:1-2 dice: “Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro?” Mi socorro viene de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra.  Este cántico expresa en primer lugar Seguridad, En Segundo Lugar, expresa Esperanza. Y tercer Lugar, Expresa Protección de Dios todo el tiempo. El no solo hizo los montes, sino también los cielos y la tierra. El Salmista estaba en serio problemas. Estaba preocupado Su preocupación era día y noche. Sentía que estaba cayendo en una situación peligrosa. Decidió mirar a lo alto ¿ Y qué es lo que vio? Vio a Su Creador Omnipotente v.2 Vio a Su Señor Omnipresente vv.3,4 Vio a Su Salvador Compasivo vv.5,6 Usted y yo podemos Mirar a Cristo Nuestro Ayudador.  Hebreos 13: 6 dice: “De manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré Lo que me pueda hacer el hombre”. El verdadero contentamiento viene cuando confiamos en Dios para satisfacer nuestras necesidades y para que sea nuestra seguridad. ¡Es increíble que con frecuencia somos más propensos a poner nuestra seguridad y encontrar contentamiento en cosas que son mucho menos confiables y seguras que Dios mismo! La confianza debe ser absoluta, no debe existir sombra de duda, ¿Por qué? porque entonces surgirá la desesperación, la ansiedad y la desconfianza que le conducirá a perder la fe y no podrá ver al Señor Jesucristo quien es nuestro Socorro. Bendiciones…