(IBSP Cayey - Centro De Vida - Lifeword )
Escritura
¡Oh gálatas insensatos! ¿quién os fascinó para no obedecer a la verdad, a vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros como crucificado? Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe? ¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne? ¿Tantas cosas habéis padecido en vano? si es que realmente fue en vano. Aquel, pues, que os suministra el Espíritu, y hace maravillas entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe?
Los creyentes de Galacia habían sido fascinados por los argumentos falsos de los maestros, hasta dar la apariencia de que estaban bajo la influencia de un encanto. La magia era común en los días de Pablo (Hechos 8:9-11;13:6-7). Los magos empleaban tanto la ilusión como el poder de Satanás para lograr sus milagros. La gente se involucraba en los ritos misteriosos de los magos sin tomar en cuenta su peligroso origen. Los creyentes en Galacia, algunos de los cuales habían estado en Jerusalén en Pentecostés y habían recibido el Espíritu Santo allí, sabían que no recibieron el Espíritu de Dios por obedecer la ley judía. Pablo enfatizó que así como comenzaron la vida cristiana en el poder del Espíritu, de igual manera crecerían por el poder del Espíritu. Los gálatas dieron un paso atrás cuando decidieron cumplir con las leyes judías. Debemos darnos cuenta de que crecemos espiritualmente gracias a la obra de Dios en nosotros por su Espíritu, no por seguir normas especiales. Los gálatas sabían que habían recibido al Espíritu Santo cuando creyeron, no cuando obedecieron la ley. Muchas personas se sienten inseguras en su fe, porque la fe sola parece muy sencilla; por ello es que procuran acercarse a Dios por medio de reglas. Mientras ciertas disciplinas (estudio bíblico, oración) y servicio pueden ayudarnos a crecer, estas no pueden ocupar el lugar del Espíritu Santo en nosotros o ser un fin en sí mismo. Al plantear estas preguntas, Pablo esperaba lograr que los gálatas vieran otra vez a Cristo como el fundamento de su fe. El Espíritu Santo da a los cristianos un poder especial para vivir para Dios. Algunos cristianos desean más que esto. Ellos desean vivir en un alto estado emocional de manera perpetua. El aburrimiento de la vida cotidiana parece denotar que algo anda mal espiritualmente. Frecuentemente, una de las obras más grandes del Espíritu Santo en nosotros es enseñarnos a persistir, mantenernos en hacer lo que es correcto, aunque aparentemente haya perdido su interés o entusiasmo. Los gálatas rápidamente se volvieron de las enseñanzas de Pablo a las novedades de los maestros en su ciudad, necesitaban el don de la perseverancia que da el Espíritu Santo. Si la vida cristiana le parece anodina, quizá esté necesitando que el Espíritu lo sacuda. Cada día la vida ofrece un desafío para vivir por Cristo.