(Asociacion Mision Bautista de Nicaragua)
Escritura
Flp 3:14 prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
El apóstol Pablo fue un hombre que alineó su vida con el propósito de Dios, al punto de considerar sin valor toda riqueza, posición o placer de este mundo. Para él, nada tenía mayor importancia que la inmensa dicha de conocer a su señor y salvador Jesucristo. Todos estamos en proceso de llegar a ser lo que Dios quiere que seamos. Por eso, debemos mantener abierta la opción de seguir adelante, creciendo en el conocimiento de Cristo y caminando con El cada día. Esa es la meta: tu relación con Cristo. Eso es lo más importante. Seguir a Cristo no es un destino, sino un camino continuo de transformación. No se trata de perfección sino de disposición. Rendir todo a Cristo, es priorizar el conocimiento y relación con Cristo, más cualquier otra cosa de este mundo. ¿Y tú? ¿Cuántos te esfuerzas cada día por conocer y agradar a Dios? ¿Es ese tu mayor anhelo: ser como Cristo? Si ese es tu deseo, puedes pedirle a Dios que te ayude a seguirle y agradarle. Él puede darte las fuerzas para para vivir para El y conocerle más profundamente.