Luc 2:43 Al regresar ellos, acabada la fiesta, se quedó el niño Jesús en Jerusalén, sin que lo supiesen José y su madre. Luc 2:44 Y pensando que estaba entre la compañía, anduvieron camino de un día; y le buscaban entre los parientes y los conocidos; Luc 2:45 pero como no le hallaron, volvieron a Jerusalén buscándole.

José y María regresaban de una celebración en Jerusalén. Pero su pequeño niño Jesús no.  Por alguna razón, no regresaba con ellos. Algunas razones podrían ser que hombres y mujeres viajaban separados, la cantidad de persona era inmensa, el gozo del momento pudo convertirse en distracción para ellos, etc.   Pero la realidad trágica se presentó, Jesús, su pequeño niño, no viajaba entre ellos. Jesús no estaba con ellos, y ellos no lo sabían. Comenzaron a preguntar, a llamar, pero no lo pudieron encontrar. Tenían que regresar a Jerusalén para buscarle.   Los padres de Jesús estaban sinceramente engañados, al pensar que Jesús iba con ellos. Quizás su madre suponía que estaba con su Padre. El padre presumía que se había ido con su Madre.   Hasta que llegó el momento de realidad, Jesús no estaba con ninguno de ellos y era tiempo de buscarle y tenerle. Estimado amigo tomemos esta experiencia de estos padres sinceros, no cometamos el error de asumir o presumir sobre algunas verdades, en las que no podemos darnos el lujo de errar. ¿Cuáles verdades? ¿Eres ya una persona salva? ¿De verdad eres hijo de Dios? ¿Si murieras hoy, seguro iras al cielo? Muchas personas piensan que tienen a Jesús en su corazón, porque así le han dicho, así le han hecho creer sinceramente en su religión. Pero será verdad o debes empezar a buscarle y asegurarte de tenerle en tu corazón. Si le buscas de todo corazón, seguro que lo encontraras.