1 Y poco después, Él comenzó a recorrer las ciudades y aldeas, proclamando y anunciando las buenas nuevas del reino de Dios; con Él iban los doce, 2 y también algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios, 3 y Juana, mujer de Chuza, mayordomo de Herodes, y Susana, y muchas otras que de sus bienes personales contribuían al sostenimiento de ellos.

La Reacción de las Personas a Jesucristo   Las ciudades de Corazín y Betsaida rechazaron a Jesucristo, aunque vieron Sus milagros (Mateo 11:20-30)   Un fariseo que invitó a Jesucristo para comer en su casa rechazó a Jesucristo cuando una mujer que se arrepintió de sus pecados entró y limpio los pies de Jesús con sus lágrimas y su pelo (Lucas 7:36-50)   Muchas mujeres fundaron el ministerio de Jesucristo: 1 Y pocodespués, Él comenzó a recorrer las ciudades y aldeas, proclamando y anunciando las buenas nuevas del reino de Dios; con Él iban los doce, 2 y también algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios, 3 y Juana, mujer de Chuza, mayordomo de Herodes, y Susana, y muchas otras que de sus bienes personales contribuían al sostenimiento de ellos. (Lucas 8:1-3)   La familia de Jesucristo no aceptó que Jesús era el Mesías (Marcos 3:20-21)   Los fariseos rechazaron los milagros de Jesucristo, diciendo que Su poder vino de Beelzebú, una referencia a Satanás, pero Jesús explicó que Su poder no vino de Satanás porque Satanás no pelea contra Satanás. Muchos que vieron Sus milagros declararon que Él era el Hijo de David, una referencia al Mesías (Mateo 12:22-37; Marcos 3:22-30).   Los escribas y los fariseos pidieron una señal de Jesucristo, pero Él les dijo que la única señal que iban a recibir seria la señal de Jonás, una referencia de la muerte y la resurrección de Jesucristo (Mateo 12:38-45).   La familia espiritual (Mateo 12:46-50; Marcos 3:31-35; Lucas 8:19-21): 19 Entonces su madre y sus hermanos llegaron adonde Él estaba, pero no podían acercarse a Él debido al gentío. 20 Y le avisaron: Tu madre y tus hermanos están afuera y quieren verte.21 Pero respondiendo Él, les dijo: Mi madre y mis hermanos son estos que oyen la palabra de Dios y la hacen (Lucas 8:19-21).