«y además de otras cosas, lo que sobre mí se agolpa cada día, la preocupación por todas las iglesias.»

Muchas personas son rehenes de sus propias necesidades, diariamente son invadidos y atrapados por pensamientos de necesidad material, problemas emocionales, económicos, de salud, etc. Sin duda alguna todos luchamos con las distintas dificultades de la compleja vida diaria, en la que vivimos.   La presión de estos problemas o necesidades puede ser tanta, que no queda espacio, ni tiempo, para pensar en los demás, para pensar en otras cosas, es vivir atrapado en tu propia vida.   El apóstol Pablo 2 Corintios 11:28 nos comparte cuál era su preocupación diaria, de la cual siente, que no puede escapar o ignorar. «y además de otras cosas, lo que sobre mí se agolpa cada día, la preocupación por todas las iglesias.»  (2Co 11:28)   Como cristianos no podemos vivir atrapados, solo en nuestras necesidades y deseos personales. No podemos vivir una vida enfocada solo en «yo» y nada más que «yo». Nuestra nueva vida en Cristo ahora, ha adquirido carácter, propósito y valor, mucho más amplio, que cuando estábamos sin Cristo.   Ningún verdadero cristiano puede ostentar vivir solo para sí. Recordemos que ahora nuestra vida es para vivirla en Cristo. Y si vivimos para Cristo, también compartimos sus metas, sus intereses, sus enseñanzas etc.