Escritura
Javiera: Hola Lulu, buenos días Ardillita: Buenos días Javierita, que Dios te bendiga, lista para la lección bíblica de hoy Javiera: Claro, en la lección pasada aprendí mucho de la ley, de la Palabra de Dios, que tenemos que obedecerla para ser muy bendecidos. Ardillita: Tienes buena memoria, hoy hablaremos de una casa móvil muy especial Javiera: Una casa móvil, ¿cómo una casa rodante, que se puede andar por donde quiera? ¿Y porque era especial Lulu? Ardillita: Recuerda que el pueblo de Israel recorría el desierto cuando le fue entregada ley, pues ahora necesitaban un lugar para adorar a Dios. Por lo que Dios ordeno a Moisés que construyera un santuario, un Tabernáculo. Javiera: un santuario es algo como un templo, como la iglesia que nosotros vamos para cantar, orar y escuchar la Palabra de Dios. Ardillita: Es correcto. Lo único que este templo no sería hecho de bloque y cemento, sino de telas, tubos y mecates. Parecido a la carpa de un gran circo. Tenía que ser portátil para llevarse, cuando el pueblo viajara de un lugar a otro. Javiera: Dios pidió que se le construyera un lugar de adoración. Y ese lugar le llamo el Tabernáculo. Ardillita: Y sabes algo más, Dios mismo diseño el Tabernáculo, las medidas, los colores, los utensilios, todo fue diseñado por Dios. Javiera: De verdad, Dios es un gran arquitecto, el más grande, si vemos toda la creación, que también fue diseñada por él, todo es maravilloso y perfecto. Ardillita: Muy buena reflexión. ¿Sabías que, en aquella gran tienda de tela, se guardaría un gran tesoro, mucho más grande que el oro, la plata, las piedras preciosas, telas finas, pieles o madera preciosa?