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¿Qué es lo más loco que has visto o escuchado? Algo que, cuando terminas de contar la historia, alguien te mira como si estuvieras loco.
«No hay manera de que eso pudiera pasar.»
«¿Cómo puede ser cierto?»
«No te creo.»
«Tengo que verlo con mis propios ojos.»
Y sabes que tienen razón, casi no lo crees tú mismo. Pero lo viste. Y es real.
Una de las cosas más locas que he visto es una serpiente de dos cabezas. Fue encontrada en Arkansas y llevada al lugar donde trabajaba mi esposo en ese momento, el Centro de Naturaleza Crowley’s Ridge.
Me contó lo que sucedió y no podía creerlo. Pensé, seguramente estaba muerta, pero no lo estaba. Estaba viva. Él dijo: «Es verdad, ya verás.»
Abrió su teléfono y me mostró la foto.
¡Qué locura! Muchas preguntas inundaron mi mente. ¿Cuánto tiempo vivirá? ¿Puede sobrevivir así? ¿Ambas cabezas comen? ¿Ha sobrevivido una así en el pasado? ¿Cómo sucedió esto?
Terminó con los biólogos de la Universidad Estatal de Arkansas, quienes estaban mejor equipados para manejar algo así.
La gente viajaba de todo el mundo para tratar de ver esta serpiente. Ellos tampoco podían creerlo.
Lucas 24:8-12
«Entonces ellas se acordaron de sus palabras, y volviendo del sepulcro, dieron nuevas de todas estas cosas a los once, y a todos los demás. Eran María Magdalena, y Juana, y María madre de Jacobo, y las demás con ellas, quienes dijeron estas cosas a los apóstoles. Mas a ellos les parecían locura las palabras de ellas, y no las creían. Pero levantándose Pedro, corrió al sepulcro; y cuando miró dentro, vio los lienzos solos, y se fue a casa maravillándose de lo que había sucedido.»
Palabras sin sentido. Tonterías. Eso es lo que los discípulos pensaron acerca de la declaración de las mujeres. No podían creer que el sepulcro estaba vacío y que Jesús se había ido.
Pedro tuvo que descubrirlo por sí mismo. Fue al sepulcro y vio la piedra removida, los lienzos funerarios que quedaban y las preguntas comenzaron a inundar su mente.
Las mujeres recordaron lo que Jesús les dijo acerca de Su muerte y resurrección cuando los ángeles se lo recordaron. Ellas estaban allí. Vieron el sepulcro vacío. La evidencia estaba a su alrededor y sabían que era verdad.
Pero para Pedro y los demás, sonaba absurdo. Era una locura pensar que Jesús simplemente había desaparecido. Su mente estaba llena de preguntas y escenarios sobre lo que podría haber sucedido.
Mientras todo esto sucedía, el Salvador resucitado y omnisciente se estaba preparando para revelarse. Él conocía sus dudas y lo que se necesitaba para que creyeran.
Apareció ante dos viajeros y caminó con ellos compartiendo todas las profecías sobre Él mismo de las escrituras. Se sentó con ellos, comió con ellos y luego desapareció. Los hombres sabían en sus corazones que era Jesús y se unieron a las mujeres como testigos de la resurrección de Jesús.
Tenían que decírselo a los demás.
Encontraron a los 11 reunidos, probablemente todavía contemplando lo que las mujeres les habían dicho, y comenzaron a compartir su encuentro con Jesús.
Y fue entonces cuando sucedió.
Jesús estaba allí.
«Mientras ellos aún hablaban de estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos y les dijo: Paz a vosotros.» – Lucas 24:36
Estaba justo allí en la habitación. Y aún así, algunos no creían. Jesús dijo, miren mis manos y mis pies. Y aún, algunos tenían incredulidad de que Jesús pudiera estar vivo. Así que tomó comida y comió para mostrarles una vez más, que estaba vivo.
«Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros, que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos. Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras, y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. Y vosotros sois testigos de estas cosas.» – Lucas 24:44-48
Esto es lo que se necesitó para que estos hombres se convirtieran en Sus testigos. Escucharlo no fue suficiente, verlo no fue suficiente, pero cuando comprendieron las Escrituras, la misma Palabra de Dios, creyeron y se convirtieron en Sus testigos.
¿Qué te tomó para poder creer y convertirte en Su testigo?
¿Fue suficiente con escuchar que Jesús te amaba y murió por ti? ¿O viste la obra de Su mano en la vida de alguien y eso fue lo que te convenció? Tal vez eso no pudo haber sido suficiente. Pero, cuando el Espíritu Santo abrió tu entendimiento de las Escrituras, fue cuando todo encajó y se volvió real. Fue entonces cuando verdaderamente supiste quién es Jesús. Es así como sabemos por qué era tan importante que Él muriera. Es así como conocemos la historia y el futuro de lo que está por venir.
La Palabra de Dios.
Estúdiala por ti mismo. No solo creas lo que te he dicho, ve a la Palabra y busca las Escrituras. Ora por entendimiento. Y Dios se te revelará de una manera poderosa. Estas palabras en la página se convertirán en algo más que una historia.
Lo verás.
Y luego, te convertirás en Su testigo. No querrás mantenerlo en secreto. NECESITARÁS contarles a otros sobre lo que has descubierto.
Lo verás.
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