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Las amistades son a menudo inestables. ¿Cuál es el secreto para mantener amigos? Tengo una historia para usted:

En un día épico en quinto grado, mi mejor amigo y yo estábamos peleando con unos chicos de séptimo grado. Es decir, en baloncesto. No pelea de puñetazos. Aunque seamos honestos, a veces llegábamos a eso. La testosterona.

De todos modos, eran mayores. Lo que significaba que teníamos que ganar. Especialmente porque mi amor platónico en ese momento estaba en la «audiencia». Era un juego en el vecindario, así que teníamos a seis personas mirando. Las seis personas que querían jugar un partido de tres contra tres después de nosotros.

Perder el juego

El juego terminó cuando el primer equipo alcanzó los 21 puntos. No ganamos por dos. La puntuación se sentó en 19 (ellos) 18 (nosotros). Si alguna vez ha jugado al baloncesto, entonces entiende la estrategia del cavernícola de estar a tres puntos de la victoria. Todo lo que quiere hacer es disparar triples. Pero el porcentaje de estudiantes de quinto grado que hacen triples es de aproximadamente 2.3%.

Bueno, mi amigo seguía presionándolos. Posesión tras posesión. Acaparó la pelota y forzó los tiros, una y otra vez. Hasta que perdimos.

No puedo explicar lo enojado que estaba. Nuestros oponentes chocaron el pecho, y luego dijeron algo burlándose de nosotros. Y perdí el control. Me acerqué a mi amigo, abrí la boca para empezar a lanzar palabras. Pero lo que pasó después me cambió para siempre. 

Él habló primero.

«Justin», dijo, limpiándose un poco el sudor. «Amigo, lo siento mucho. Entré en pánico, hice todo mal allí y lo arruiné. Lo siento.” 

Nunca olvidaré ese momento. Nunca lo olvidaré porque la cosa más extraña me pasó. Toda la rabia que burbujeaba dentro de mis entrañas desapareció. Así como así (*insertar sonido de chasquido*). No tenía nada negativo que decir. Así que dije: «sí, vamos a revancha después de esto. Lo llevaremos.…”

Perder el orgullo

Qué conclusión tan importante. Los errores no matan las amistades. El orgullo sí. Cuando los errores son confesados y ventilados, las amistades siguen siendo fuertes. ¿Por qué? ¡Porque los errores son tan normales para nosotros los humanos como lo es la respiración! 

Pero cuando el orgullo impera, incluso la mejor amistad se vuelve insensible. Luego se resiente. Pronto pierde su calor. Y comienza a desvanecerse lentamente, ambos preguntándose qué pasa. Y luego… termina.

Las palabras «lo siento» son algunas de las palabras más poderosas de su arsenal. Úselas. Todos los días. Cuando un corazón genuino se sitúa detrás de ellas, las amistades florecen. Ese es el secreto para mantener amigos.

Copyright © 2019 por Justin Talbert @ https://getgroundedministries.com . Usado con permiso. Ninguna parte de este artículo puede ser reproducida o reimpresa sin permiso por escrito de Lifeword.org.