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Toda mi vida he estado haciéndolo mal.
¿Te ha pasado también a ti? Me pasó tras ver un video en TikTok que muestra cómo se debe usar una almohada de cuello, me quedé en shock.
He estado haciéndolo mal todo este tiempo.
Pero, ¿y si no hablamos solo de cosas simples? ¿Y si hablamos de momentos significativos y transformadores en la vida, donde te das cuenta de que estabas equivocado y no tenías idea? Alguien finalmente te lo hace notar y te encoges de vergüenza mientras la comprensión y la culpa te invaden.
Esto no nos hace menos culpables. Aunque estés cometiendo un delito y no sepas que es un delito, sigue siendo un qué?
Un delito.
Y eso nos hace qué?
Culpables.
Por ejemplo, ¿sabías que es ilegal en muchos estados de los EE.UU sentarse en la acera? En serio.
Y en algunas ciudades, está prohibido escupir en la vía pública. Puede parecer extraño, pero es cierto.
Esto me recuerda al episodio de una famosa serie de televisión donde un grupo de amigos de una gran ciudad no interviene para ayudar a alguien en problemas. Según la ley local, son culpables por no ayudar.
Lucas 23:34
“Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes.”
Crucificado. Clavado en una cruz. Expuesto públicamente junto a criminales. Golpeado. Burlado. Ridiculizado. Y, sin embargo, Él era inocente.
¿Y cómo respondió Jesús?
“Perdónalos”. Pidió al Padre que los perdonara.
Así nos quiere perdonar a nosotros.
Incluso cuando creemos que estamos haciendo las cosas bien, pero en realidad estamos equivocados, Él nos puede perdonar.
Aún cuando no estamos conscientes de nuestro pecado, y seguimos siendo culpables, Él nos puede perdonar.
Y hasta cuando somos culpables y lo sabemos, Él nos puede perdonar.
“Perdónalos”.
Es fácil señalar el pecado de los demás y decir que necesitan ser perdonados. Pero eso también me aplica a mí.
El Padre hizo eso por nosotros. Entonces, ¿cómo deberíamos responder nosotros?
Con perdón.
Efesios 4:31-32
“Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”.
Marcos 11:25-26
“Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas. Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas”.
Mateo 18:21-22
Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete?
Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete”.
Perdónalos.
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