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«¡Nunca!»

¿Alguna vez has escuchado a alguien decir que “nunca” haría algo, solo para despues encontrarlo haciendo eso mismo? En nuestra sociedad hay tantos absolutos, como “nunca”, que probablemente ya no entendemos. Después de tantas generaciones se han diluido palabras tan serias, y en nuestros días no parecen tener el peso que alguna vez tuvieron. Sin embargo, cuando un Dios inmutable, que no cambia, usa una palabra, podemos saber que es Verdad.

Es por eso que cuando Él dice: “Nunca te dejaré, ni te desampararé”, podemos creerlo de todo corazón.

Solo pregúntele a Adán y Eva, quienes debieron sentirse como completos fracasos al verse incapaces de cumplir con una regla simple, sin embargo, Dios los cubrió y los amó de todos modos, nunca los abandonó.  

Solo pregúntele a David, quien después de vivir la vida de un mentiroso codicioso, adúltero y asesino, todavía se encontró halagado por Dios al referirse a él como un «hombre conforme al corazón de Dios», nunca abandonado.  

Pregúntale a Pedro, quien negó conocer a Cristo durante sus horas más oscuras de arresto y juicio, pero aun así encontró amor y compasión en su Salvador y pasó a ser usado por Dios para predicar el sermón más famoso de todos los tiempos en Pentecostés, Pedro nunca fue abandonado.  

O tal vez pregúntele a Pablo quien, aunque se consideraba el «principal de los pecadores» por su trato a los cristianos antes de su conversión, se encontró siendo usado por Dios que se había convertido en su mejor amigo y alcanzó multitudes incalculables para Él, Pablo nunca fue abandonado.

Se que podría ser difícil de hacer, considerando que todas esas personas están en el cielo en este momento. Pero puede leer sus historias en las Escrituras, mientras que espera un poco antes de discutirlo con ellos personalmente.

He caminado por caminos de vida injusta y le he fallado a Dios más veces de las que puedo recordar. A veces he dudado de Él, e incluso he cuestionado Su amor por mí. Incluso hubo momentos en los que alejarme del ministerio fue una opción para salvar algún aspecto de mi vida que consideré valioso en ese momento. Sin embargo, aquí está, todavía amándome, aceptándome, sosteniéndome y llamándome Suyo, nunca abandonándome.

Puede que se sienta solo y como si Dios se hubiera alejado. Puedo asegurarle que si escucha eso en su mente hoy, puede reprender esos pensamientos: provienen del enemigo de su alma. ¿Quiere pruebas? Solo mire la cruz.

Manténgase firme hoy en la verdad de la Palabra de Dios. Una vez que estemos en Cristo Jesús, nunca más caminaremos solos. «No te desampararé, ni te dejaré» (Hebreos 13:5).

Eso es solo un pensamiento, y doy la bienvenida al suyo.

Hasta la proxima,

Blake

Copyright © 2022 por Blake Martin @https://pastorblakeman.wordpress.com/2012/01/06/never/ Ninguna parte de este artículo puede ser reproducida o reimpresa sin el permiso por escrito de Lifeword.org.