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Nov 25, 2021 09:39am
La Sangre que nos Une
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El domingo por la mañana durante el servicio mientras nuestro pastor continuaba su estudio a través del libro de Colosenses, se detuvo en este versículo…

Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. Colosenses 3:14

Luego hizo la siguiente declaración: «El amor es el sistema circulatorio del cuerpo de Cristo.» Ahora bien, ya sea que viniera como un pensamiento propio o como una cita de otra persona, da mucho espacio para su consideración. Es uno de esos cambios de corazón para mí.

El sistema circulatorio es un sistema de órganos que pasa nutrientes, gases, hormonas, células sanguíneas, etc. hacia y desde las células del cuerpo para ayudar a combatir enfermedades y ayudar a estabilizar la temperatura corporal y el pH para mantener la homeostasis (que es la propiedad de un sistema, ya sea abierto o cerrado, que regula su entorno interno y tiende a mantener una condición estable y constante). 

Mientras reflexiona sobre la información anterior desde una perspectiva espiritual, hágase esta pregunta:

¿Está el cuerpo local de Cristo sano?

Está el amor… fluyendo de tal manera que lucha contra las mentiras y engaños del enemigo? 

El amor… fluye de tal manera que la temperatura corporal tiende a poner a los demás en primer lugar? 

El amor… ¿Fluye de tal manera que el chisme, la malicia, la ira, la calumnia, etc. no tienen la oportunidad de crecer allí?

Y aquí está la pregunta más importante… ¿Es usted personalmente parte de la parte sana del sistema circulatorio de su iglesia o parte de la enfermedad que la ha invadido?  

El pecado está siempre presente en el mundo, pero Jesús ofrece una transformación que solo ocurre cuando le entregas tu vida. Una vez que forme parte de una comunidad de fe, su responsabilidad es estar lo suficientemente saludable espiritualmente para contar su historia de redención

Otra cosa segura es que, aparte de Cristo, no hay forma de que ninguno de nosotros sea una parte saludable de ese sistema. Cuanto más nos volvemos como Él, trabajamos en las verdades de Su Palabra, y caminamos por esas verdades, ¡más ve el mundo el poder de la sangre!

Es la sangre que une todo en perfecta armonía.

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