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Abr 07, 2021 21:05pm
Instrucciones Claras
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Cuando planeamos salir de la ciudad, mi esposo siempre deja instrucciones claras sobre qué hacer para la persona que cuida nuestra casa. Lo repasará tres o cuatro veces sólo para asegurarse de que quien se ocupa de las cosas sepa exactamente qué hacer. 

Esto pasaba mucho, especialmente cuando nuestro hijo era más joven y vivía con nosotros. Sin embargo, nunca fallaba después estar fuera solo un día, llamar a casa y preguntar si se habían hecho ciertas cosas de la lista, y por supuesto, no. 

Por ejemplo, se suponía que la temperatura iba a llegar al punto de congelarse una noche. 

La manguera necesitaba ser desconectada, drenada y almacenada, además de envolver la tubería expuesta. De lo contrario, la manguera se congelaría, expandiría, gotearía y las tuberías estallarían. Esto provocaría fugas que tendrían que arreglarse y el agua se cerraría para hacerlo. Todo esto podría suceder si no se siguen las instrucciones.

Lo mismo sucede en nuestra relación con Dios y en vivir como Cristo a diario. 

Aunque tenemos instrucciones claras en la Palabra de Dios, todavía pensamos que nuestro propio camino es mejor o quizás más fácil. 

En Génesis capítulo nueve, Dios les dio a Noé y a sus hijos instrucciones a seguir. 

«Bendijo Dios a Noé y a sus hijos, y les dijo: Fructificad y multiplicaos, y llenad la tierra. El temor y el miedo de vosotros estarán sobre todo animal de la tierra, y sobre toda ave de los cielos, en todo lo que se mueva sobre la tierra, y en todos los peces del mar. En vuestra mano son entregados. Todo lo que se mueve y vive, os será para mantenimiento: así como las legumbres y plantas verdes, os lo he dado todo. Porque ciertamente demandaré la sangre de vuestras vidas; de mano de todo animal la demandaré, y de mano del hombre; de mano del varón su hermano demandaré la vida del hombre. El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre.» (Génesis 9: 1-6). 

Dios dio instrucciones claras sobre qué hacer después del diluvio: da vida, no la quites. 

Dios explica por qué el asesinato está mal. Matar a alguien que ha sido creado a imagen de Dios, no a un animal, viola la ley de Dios. 

La razón por la que Dios dio estas instrucciones tan temprano es porque, aunque solo había ocho personas vivas en el planeta, estas ocho personas y sus descendientes todavía eran portadores de la maldición del pecado. 

El mal reside en el corazón de cada hombre y mujer. Al igual que la capacidad de quitarle la vida a otra persona. 

Dios conocía Su creación, y sabía que necesitaba dictar la ley para Noé y su familia y cuál sería el castigo de quitarle la vida a un ser humano.  

Cuando miramos nuestro mundo de hoy, lo confundimos todo. 

El castigo es más severo si matamos a un águila calva que si matamos a un niño en el vientre de la madre. 

¿Qué está mal con nosotros? 

En un informe reciente, se reportó en el, “Comité de Planificación Familiar  332,757 abortos en el año fiscal 2017, un aumento de 11,373 abortos desde 2016. Según estos números, de Planificación Familiar se abortaron 911 bebés todos los días durante el año fiscal 2017.»

Dios nos dio instrucciones claras y estamos violando esas instrucciones. 

Señor, perdónanos. Habla al corazón de quienes trabajan en estas instituciones. 

Usa a los líderes de nuestro país que deben tomar decisiones para luchar por los derechos de los niños por nacer. 

Da fuerza a los impotentes. 

Restaura los corazones de las mujeres que han pasado por esto, ya que deberán vivir con el arrepentimiento de sus decisiones. Señor, ayúdales a buscar la libertad en ti. 

Habla al corazón de la gente mientras votamos por líderes que apoyarán la vida y no el asesinato. 

¡Dios nos perdone!

Copyright © 2020 por Yalanda Merrell. Ninguna parte de este artículo puede reproducirse o reimprimirse sin el permiso por escrito de Lifeword.org.

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