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Periódicamente a lo largo de las Escrituras se mencionan los yugos. Cuando era niño pensé que se refería a la “yema” de un huevo y asumí que se refería a las personas con las que estábamos “atrapados” porque los huevos son muy pegajosos cuando se rompen en el piso. Pero más tarde llegué a comprender que se trataba de una especie de arnés que mantenía a dos animales juntos para que pudieran trabajar juntos en la misma tarea, ya fuera mover algo pesado, llevar una carga de suministros o arar un campo.  

En el Antiguo Testamento, la palabra yugo se usa con mayor frecuencia en un sentido literal con respecto a los animales unidos con el propósito de trabajar, y en el Nuevo Testamento se usa con mayor frecuencia como una analogía que se refiere a los seres humanos unidos en yugo. Se trata de estar unidos en yugo como creyentes, unidos en yugo en matrimonio o unidos en yugo con Cristo. Hasta hace unos años, nunca había presenciado realmente un yugo en acción, así que aunque sabía lo que era un yugo, no entendía todo lo que implicaba esta analogía.  

Un día, un amigo nos invitó a mi esposo y a mí a dar un paseo de todo el día con él en su viejo vagón Studebaker 1800 con ruedas de madera y toldo de lona. Pensamos que esto sonaba como una gran aventura, así que estuvimos de acuerdo.  Nuestro amigo tenía dos mulas que nos servirían de “motor” del día: Ida y Eula. 

Eula era una mula vieja y bien entrenada que podía hacer su trabajo prácticamente sin órdenes verbales. Ida, en cambio, era una mula joven, frívola y enérgica que realmente no estaba interesada en que la pusieran en un yugo para trabajar todo el día.  

Cuando comenzamos nuestro viaje, no nos tomó mucho tiempo darnos cuenta de que nuestro amigo iba a pasar la mayor parte del día llamando a Ida para tratar de que ella hiciera su parte de la carga. No dejaba de luchar contra el yugo y quería ir en una dirección diferente. Esto se prolongó probablemente durante las tres cuartas partes del día.  

Si entiende algo sobre caballos y mulas, sabrá que normalmente se vuelven más dóciles a medida que se cansan más. Así que a las tres cuartas partes del camino en este camino, Ida finalmente se cansó y se acomodó en el yugo. Eula, que había estado tirando de toda la carga por su cuenta todo el tiempo, evidentemente se sintió aliviada. Pero cuando el yugo se aflojó alrededor de su cuerpo, reveló heridas abiertas en sus cuartos traseros donde el yugo había sido apretado por la lucha rebelde de su contraparte.

Mientras observaba cómo se desarrollaba todo este escenario, me asombró la increíble imagen que es de nosotros unidos en yugo con Cristo y cómo él llevó las heridas por nuestra rebelión. Mateo 11:29-30 dice, «Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.»

Debido a que Jesús es fiel, fuerte y leal, podemos confiar en que cuando nos unimos a él como seguidores en la obra del reino de Dios, nuestra carga no será demasiado pesada y que cuando flaqueamos, él llevará las heridas por nosotros. Cuando estemos cansados, Jesús llevará la carga y nos dará descanso. El ejemplo de Ida y Eula también nos recuerda que en realidad es mucho más agotador luchar contra el yugo que asentarse en el yugo y compartir la carga con Cristo.

El pasaje de Mateo nos deja ver que Cristo es también nuestro ejemplo a seguir. Él dijo: “Toma mi yugo sobre ti y aprende de mí.» Nuestra relación con Cristo no es una relación habilitante en la que Cristo paga el precio de nuestra rebelión para que podamos continuar con nuestras malas decisiones. Él está caminando a nuestro lado como nuestro ejemplo de cómo vivir en el reino de Dios y cuando seguimos ese ejemplo es un camino mucho más fácil y menos agotador.

Una cosa más que me gustaría que tomaras de mi visión sobre el yugo: mencioné anteriormente que las Escrituras no solo mencionan estar en yugo con Cristo, sino unos con otros en matrimonio o dentro del cuerpo de Cristo. Cuando estamos unidos en yugo en matrimonio, esa relación debe ser un reflejo de la relación entre Cristo y el creyente. Esto significa que probablemente habrá un momento en su matrimonio en el que uno de ustedes no llevará su parte de la carga, lo que podría deberse a la incapacidad para hacerlo o a una debilidad física o espiritual. Cuando esto suceda, debemos estar dispuestos a hacer el trabajo adicional y soportar las heridas causadas por asumir la carga de su cónyuge hasta que él o ella pueda volver a hacer su parte. 

Esto también es cierto en nuestra relación con otros creyentes. Juan 13:36 dice que otros nos identificarán como seguidores de Cristo por el amor que nos tenemos los unos a los otros. Si estamos reflejando el amor de Cristo, su amor es de sacrificio; no es un amor con una voluntad de ser misericordioso con los demás cuando no pueden tirar de su carga. Esto también significa perdonarlos y aceptarlos cuando regresen a su lugar en el yugo.

Copyright © 2020 por T’Shana  Everitt @ https://www.yourfuturehope.com/form.   Ninguna parte de este artículo puede reproducirse o reimprimirse sin el permiso por escrito de Lifeword.org.