Blog

Soy una de esas mamás que intenta hacer divertidas hasta las tareas aburridas. Una de esas tareas aburridas es limpiar, así que cuando hacemos los quehaceres, lo convierto en una fiesta de baile. 

Es un juego muy simple. Ponemos buena música de los 80, bailamos y limpiamos la casa. Es beneficioso para todos porque nos divertimos juntos y la casa se limpia. 

Así que hoy, disfrutábamos mucho de nuestro día de fiesta de baile mientras hacíamos limpieza hasta que mi hija tropezó con sus pies. Bueno, este pequeño percance hizo que se cayera en los gabinetes. Inmediatamente comienza a llorar. Crucé corriendo la cocina y la tomé en mis brazos. 

Mientras las lágrimas corren por sus mejillas, me siento impotente. 

Puedo abrazarla y consolarla lo mejor que pueda, pero no puedo quitarle el dolor. Y en ese momento, Dios habla. 

Ves, todos tenemos dolor en nuestra vida. 

Todos tenemos momentos en los que todo va mal, sentimos que nuestro mundo se está desmoronando y nuestros corazones se están abriendo de par en par. 

Simplemente caemos de rodillas y lloramos. 

Y al igual que me aferro a mi hija que llora, sé que Dios el Padre se aferra a nosotros. Es posible que todavía experimentemos el dolor y la angustia, pero Dios permanece allí con nosotros y nos consuela hasta que pasa.

Mis palabras para mi hija esta mañana fueron simples: «No puedo eliminar el dolor de inmediato, pero puedo amarte a través de él.» 

Es posible que Dios no elimine completamente el dolor de nuestras vidas por muchas razones. 

A veces, la angustia es causada por nuestras propias acciones, porque Dios está usando esas circunstancias para acercarnos más a Él. O podría deberse a otras elecciones. Pero independientemente, Él nos sostendrá y consolará a través de eso. 

Encuentren hoy la paz y la fuerza amigos porque tenemos un Padre que nos ama y anhela tenernos en Sus brazos.

Copyright © 2021 por Amy Michelle @devobyamy. Ninguna parte de este artículo puede reproducirse o reimprimirse sin el permiso por escrito de Lifeword.org.