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Nos subimos al auto y bajamos las ventanillas. El aire se sentía genial, soplando nuestro cabello, refrescando nuestras caras calientes luego de jugar fútbol. La tienda estaba calle arriba de la escuela. Conducía el auto de mi amiga Danae. Nuestra otra amiga, Kitt, estaba en el asiento del pasajero y Danae en el medio. ¡Un gatorade nunca sonó tan bien!

Un camión de grava estaba frente a nosotros yendo más lento que una tortuga un viernes por la tarde. Aceleré para adelantar, pensando en mi mente que no quería que la grava dañara su ventana. Y de repente, lo vimos. Luces azules Al principio, ni siquiera pensamos que éramos nosotros. Pero, efectivamente, estaba justo detrás de nosotros.

Nos detuvimos. Bajé la ventanilla. El oficial se acercó. En mi mente, no había hecho nada malo. Tenia suficiente justificación a mi favor. Así que, no estaba ni mínimamente preocupada.

“¿Sabes por qué te detuve? Ibas a exceso de velocidad.

Orgullosa de tener una razón, dije: «bueno, ese camión de grava podría haber tirado una piedra y golpear nuestro parabrisas, así que solo estaba esquivando».

“Licencia y registro.”

Busqué mi licencia. Danae buscó su registro.

«¿Quién es el dueño de este coche?»

Confundida, dije, “bueno, ella lo es. Yo solo estaba llevándoles a la tienda. Mira, ella no está usando sus lentes de contacto y acabamos de terminar la práctica de pelota e íbamos a comprar un gatorade…”

«Señorita. ¿Sabías que tu licencia está vencida?

Y, por supuesto, también tenía una buena razón para eso.

“Oh, bueno, sí. Mire, vamos a la escuela en CRC y tuvimos un viaje de esquí la semana pasada y mi cumpleaños fue durante ese viaje. Pero está bien porque le pregunté a mi papá y me dijo que tenía un período de gracia de 10 días para renovarlo y como estoy en la universidad y no en casa, no he tenido la oportunidad de hacerlo todavía. Así que, como dijo mi papá, tengo 10 días”.

«Bueno, tu papá está equivocado».

Esas palabras quedarán grabadas para siempre en mi mente.

Completamente. Absolutamente. Ofendida.

¿Pero sabes que?

Eso era cierto.

Mi papá estaba equivocado.

La ley establecía una cosa, pero él consideró oportuno añadirle algo más. Pero no lo hizo bien.

 «Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: Este pueblo de labios me honra;Mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran,Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres. Y llamando a sí a la multitud, les dijo: Oíd, y entended: No lo que entra en la boca contamina al hombre; mas lo que sale de la boca, esto contamina al hombre. Entonces acercándose sus discípulos, le dijeron: ¿Sabes que los fariseos se ofendieron cuando oyeron esta palabra? Pero respondiendo él, dijo: Toda planta que no plantó mi Padre celestial, será desarraigada. Dejadlos; son ciegos guías de ciegos;  Y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo.» (Mateo 15:7-14)

Los fariseos y los escribas han apartado a Jesús de la multitud y han intentado acorralarlo una vez más. Constantemente estaban tratando de encontrar inconsistencias con Su enseñanza y lo que decía la ley… o lo que decía la ley según ellos y su tradición.

La ley decía una cosa, pero ellos le añadían. Y Cristo los corrigió. Su verdad se derramó de las Escrituras mismas cuando citó a Isaías.

Sorprendidos, los discípulos le preguntaron. ¿Te das cuenta de que los ofendiste?

Y la respuesta de Jesús mostró que Él no estaba allí para ser popular y preocuparse por ofender.

“Pero si agradamos a los hombres con el ocultamiento de la verdad y la indulgencia de sus errores y corrupciones, no somos siervos de Cristo.» – Mateo Henry.

La verdad es que la Palabra de Dios es ofensiva. Corta profundamente hasta el núcleo. Las partes más íntimas de nuestras almas. Exponiendo nuestro pecado, iluminando las tinieblas que queremos que permanezcan ocultas.

¿estás ofendido? Quizás la Palabra de Dios está haciendo exactamente lo que se pretende. Permita que la verdad sea conocida.Copyright © 2021 Lifeword.org. Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este artículo puede ser reproducida o reimpresa sin el permiso por escrito de Lifeword.org