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Feb 16, 2021 06:00am
¿Por Qué Permitiría Dios El Quebrantamiento?
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Así como un huevo

Se agrieta

Y luego lo que está adentro

La yema y todo

Se derrama

Hasta que la cáscara se vacía

Y solo queda la concha

No queda nada

Hasta que eso también se rompe

A veces, Dios nos permite ser quebrantados.

Dios nos permite experimentar el desierto espiritual. Un momento en el que nos sentimos secos, como si nuestra cubeta estuviera tirada en un pozo y lo único que sale fuera barro espeso.

Dios nos permite ser llevados al final de nosotros mismos para que él pueda volver a unirnos y ser la esperanza que nos ayude a través del día.

La depresión es real.

La ansiedad es real.

El enojo es real.

La tristeza es real.

Las emociones pueden ser señales de advertencia; pero dejadas por sí mismas, pueden naufragar un barco que se dirige a una tormenta.

Casi se siente como que ya no podemos ser honestos sobre nuestros sentimientos, especialmente en los lugares de culto.

Si el pastor le pregunta: «¿Cómo ha estado?» Algunas veces es difícil decir la verdad.

«Bueno, pastor, es difícil para mí levantarme en la mañana. Es dificil para mi tener un propósito en este momento, sintiéndome inútil o inseguro, deprimido o ansioso… Es difícil para mi ser honesto con usted, conmigo mismo y con Dios porque sigo pensando que no puedo manejar las cosas por mi propia cuenta.»

¿Alguna vez ha tenido esa conversación mini-cerebro con usted mismo antes?

Podemos manejarlo por nuestra cuenta . . . 

Hasta que nos destruya por completo, y no tengamos a dónde ir, y a nadie más a quien recurrir.

Pero todos los días, podríamos enfrentar problemas reales, dificultades reales o tribulaciones reales.

Dios quiere que acudamos a él con nuestra depresión, ansiedad, inseguridades u otras necesidades emocionales.

El rey David no escondió nada a Dios.

Este es el chico que mató a un gigante, que mató a miles, que reunió a una nación, que sobrevivió al rey Saúl . . . y que dependía de Dios en lugar de sí mismo.

En una de las canciones de David para Dios, escribió esto:

«Mis huidas tú has contado;

Pon mis lágrimas en tu redoma;

¿No están ellas en tu libro?». (Salmos 56:8)

Dios nos ve cuando lloramos,

cuando estamos quebrantados,

cuando sentimos que todo está perdido.

Había una mujer en el Libro de Génesis que fue usada, acosada, y luego arrojada a vagar por el desierto hasta que encontrara ayuda o la muerte.

Su nombre era Agar, y ella era la concubina de Abraham, la madre de Ismael y la envidia de Sara, ya que concibió un hijo 15 años más o menos antes de que Sara fuera capaz de hacerlo (no importa que Agar se convirtiera en una concubina de Abraham ya que fue idea de Sara en primer lugar).

Pero después de que Sara tuvo un hijo propio, quiso que Ismael y su madre se fueran. A regañadientes, Abraham lo hizo después de orar a Dios al respecto.

Agar termina en el desierto (por segunda vez), pierde la esperanza y esconde a Ismael, que está al borde de la muerte, detrás de un arbusto, para que no tenga que verlo morir. Agar se aleja y comienza a sollozar al escuchar a su hijo llorar, también.

Entonces Dios aparece:

«Y oyó Dios la voz del muchacho; y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar?  No temas; porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está. Levántate, alza al muchacho, y sostenlo con tu mano, porque yo haré de él una gran nación. Entonces Dios le abrió los ojos, y vio una fuente de agua; Y fue y llenó el odre de agua, y dio de beber al muchacho. Y Dios estaba con el muchacho; y creció, y habitó en el desierto, y fue tirador de arco». (Gènesis 21:17-20)

Dios vio la desesperación de Agar, una vez más, y proveyó (Génesis 17:13).

La ayuda no estaba lejos. Dios literalmente llamó desde el cielo, abrió los ojos de Agar, y le mostró un pozo para beber para que los dos pudieran vivir. Pero Dios no se despidió allí. Las Escrituras dicen que él «estaba con» Ismael cuando creció hasta convertirse en un hombre joven.

Dios cuidó de Agar, la desechada, la que nadie quería.

Dios quiere cuidar de usted también.

Él le oye cuando llora, así como escuchó el llanto de Ismael y Agar.

Dios ofrece esperanza; tal vez usted simplemente no puede verla todavía y necesita que él le abra sus ojos.

Tal vez ese pozo del que esté tratando de sacar agua sin descanso está seco porque está tratando de sacar agua de usted mismo y no de la fuente eterna de vida y paz (Juan 4:10).

Saque agua del pozo de la vida hoy. Sea honesto con usted mismo y con Dios.

Dios cuidará de usted como hizo con Agar.

Dios le ve.

Con amor y verdad,

Melody

Copyright © 2020 por https://honest-maybe-relatable.com/2020/07/15/empty-buckets-from-the-well/. Usado con permiso. Ninguna parte de este artículo puede ser reproducida o reimpresa sin permiso por escrito de Lifeword.org.

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