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«¿Cómo puedo servirte mejor?»
Esta es una frase que escucho a menudo del Director de Lifeword, Donny Parrish. Si lo conoces, sabes que tiene grandes sueños, ideas brillantes y un profundo amor por alcanzar a los perdidos. Me encanta escuchar historias de sus días como pastor juvenil, en el ministerio de música y los primeros días de trabajo en Lifeword cuando era principalmente transmisión de radio.
Él lidera sirviendo. Lidera con el ejemplo.
Lucas 22:25-30
Pero él les dijo: Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que sobre ellas tienen autoridad son llamados bienhechores;
mas no así vosotros, sino sea el mayor entre vosotros como el más joven, y el que dirige, como el que sirve.
Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Mas yo estoy entre vosotros como el que sirve.
Pero vosotros sois los que habéis permanecido conmigo en mis pruebas.
Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a mí,
para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino, y os sentéis en tronos juzgando a las doce tribus de Israel.”
Los discípulos estaban discutiendo sobre quién sería el más grande en el próximo reino. Pero Jesús les recordó, como lo había hecho antes, que Su reino no es como este mundo. Para ser un líder, se debe tener un corazón de siervo.
Poner las necesidades de los demás por encima de las propias. Servir con alegría. Deseando verlos crecer y florecer mientras cumplen su propósito.
Lo creas o no, ya eres un líder. Tal vez sea un salón de clases de niños a los que enseñas, o tres niños alborotadores en casa a los que sientes que persigues cada día solo para que coman sus verduras. En el trabajo, en casa, en tu escuela, en el campo o en la cancha, en las redes sociales, como sea, estás liderando a alguien.
A lo largo de los años que he estado en Lifeword, he visto el nombre de Donny aparecer en la pantalla de mi teléfono cuando su llamada llegaba.
«Solo quería ver cómo están.
¿Cómo puedo ayudarlos?
Me importas más como persona que solo como empleado.»
Te incorpora al equipo, te entrena para el juego, te suelta en el campo y es tu mayor admirador desde las gradas. Puedo imaginarlo ahora, pero los pompones podrían ser una exageración.
¿Qué tipo de líderes vamos a ser? ¿Seguiremos el ejemplo que Cristo dio y lideraremos con el ejemplo y el servicio?
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