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Un joven se quitó la vida al estrellar su auto contra un árbol.
Una niña sufrió una sobredosis de analgésicos mezclados con fentanilo.
Una joven le dio la espalda a Dios y decidió vivir un estilo de vida «pan-sexual».
Un joven no puede sacudirse el demonio del alcohol que está arruinando todos los aspectos de su vida.
No sé por qué están ocurriendo tantas tragedias en mi pequeño rincón del mundo últimamente. O al menos eso parece. Cada uno me hace temer que algo trágico pueda pasarme a mí, a mis hijos o a alguien cercano a mí. Interiorizar egoístamente mi propio miedo es una reacción normal a un evento trágico y desgarrador, pero está mal de mi parte.
El miedo al futuro NO es de Dios.
A menudo somos cristianos infieles que estamos preocupados y ansiosos, pero Él no quiere que vivamos de esa manera. Por eso nos dio Su Palabra. Pero, ¿qué pasa con la devastadora noticia que nos pone de rodillas?
Por cada evento horrible que mencioné al principio, hay padres y otros miembros de la familia que atraviesan un dolor devastador e implacable. Uno de esos padres que actualmente están pasando por el fuego me dijo que ella y su esposo están usando la Biblia como un arma contra la ira, la depresión, el desánimo y el miedo que los consume a diario.
En un esfuerzo por lidiar con su dolor emocional y pro activamente hacen algo que ES “de Dios”, oran para que Dios los guíe a un versículo de la Biblia cada día. Luego los comparten, hablan de ellos y oran las Escrituras sobre su hijo. Parece simple y obvio, pero no estoy seguro si yo estaría tan lúcido durante un viaje tan difícil como ese, pero…
Por supuesto, ¡la Palabra de Dios es la respuesta!
Escuché decir que Jesús era todo lo que Dios quería decirle al mundo. Pero iría un paso más allá y diría que el Hijo de Dios no solo fue el mensajero del mundo, sino también el consuelo y la paz del mundo en medio de la incertidumbre.
Dicho todo eso, por supuesto que las verdades de la Biblia son el único consuelo real cuando la vida nos golpea en el estómago:
El escritor de Hebreos dijo que la Palabra de Dios está (no estaba) viva y activa. No es antigua ni irrelevante.
El salmista la llama lámpara a nuestros pies y lumbrera a nuestro camino. No son palabras de especulación e incertidumbre direccional.
Dios generosamente nos dio su Palabra no para darnos una lista de no-no o castigarnos por nuestros pecados, sino para ser luz en un mundo oscuro, consuelo en circunstancias trágicas y una guía para los perdidos y desesperados.
Volvamos a aquellos que se enfrentan al dolor más profundo y oscuro… A veces hacemos descargos de responsabilidad como este: no entiendo completamente y no he pasado por el dolor desgarrador de la pérdida de un hijo, por ejemplo. Es posible que mis amigos que atraviesan tragedias muy oscuras nunca tengan respuestas, resoluciones o resultados positivos para sus pruebas, pero comenzar con la Palabra de Dios es un paso hacia la sanidad. La Biblia, la Palabra de Dios es vida y eso lo puedo atestiguar en mi propia vida.
Busque a Dios, entrégale su tragedia y su dolor, y vea usted mismo la necesidad de volver a respirar un aire nuevo.
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