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Ahi estaba. Era la 1 a. m. y no podía dormir. Encendí la televisión con la esperanza de encontrar algo que me hiciera dormir. Y luego apareció: ese comercial. Ese Big Mac estaba delicioso. Y aunque sabía que era la 1 a. m., me queria comer uno. Llámelo el ataque de las Big Mac, o el poder de la publicidad, pero me puse los zapatos y me dirigí al otro lado de la ciudad hacia el McDonald’s 24/7 antes de que terminara el comercial de 30 segundos. ¡Oh, el gran poder de la sugestión!
Y así es nuestra vida como creyentes.
Cristo dondequiera que vayamos. ¿Sabía usted eso? La gente le observa a diario para ver quien es este Dios al que usted sirve. Para ser honesto, ese concepto me asusta un poco. Da miedo porque sé con certeza que gran parte de mi vida no es una muy buena representación de Él. Y muy a menudo no es necesariamente lo que HACEMOS lo que es una mala publicidad, por lo general es lo que NO hacemos.
Cuando vemos a esa persona en la escuela que ha sido dañada por las palabras crueles y despiadadas de alguien y simplemente pasamos de largo, nos lo hemos perdido.
Cuando nos detenemos en el semáforo en rojo y el veterano sin hogar está sentado allí con un letrero que simplemente dice: «Hambriento, por favor ayuda» y simplemente miramos hacia otro lado, nos lo hemos perdido.
Cuando nuestros compañeros de trabajo hablan continuamente sobre su desesperanza y soledad y sabemos que la verdadera respuesta para ellos se encuentra en conocer a Cristo, pero nunca reunimos el coraje para decirlo, nos lo hemos perdido.
Cuando un amigo está caminando por el camino de decisiones terribles y lo dejamos caminar sin compartir el mensaje del poder salvador del evangelio, nos lo hemos perdido.
Verá, a menudo es lo que no hacemos lo que le dice al mundo más sobre a quién servimos.
Cuando vemos a personas lastimadas y elegimos no ofrecer compasión, estamos anunciando que nuestro Dios no tiene tiempo para ellos.
Cuando nos encontramos con los perdidos y lastimados que no tienen a Cristo y elegimos no ofrecerles la esperanza de conocer a Cristo, estamos anunciando que Dios no quiere personas “así”.
Cuando conocemos la verdad sobre cosechar y sembrar, pero simplemente nos quedamos de brazos cruzados y permitimos que aquellos a quienes amamos destruyan sus vidas con el pecado, estamos anunciando que la gracia no es lo suficientemente fuerte para su pecado.
Eso es lo que nuestras vidas están gritando. Somos vallas publicitarias ambulantes, comerciales, de quién es Dios. Y el poder de la sugestión es fuerte. Dios nos ha dado la capacidad de mostrarle al mundo quién es Él y lo que significa en nuestras vidas. Él nos ha llamado a ser sus representantes en todas las formas posibles. Él nos ha llamado para mostrarle a la gente cómo Él trae plenitud a nuestras vidas. A través de las vallas publicitarias de nuestras vidas, mostramos cuán profundo puede ser el gozo, cuán vasto puede ser el perdón y cuán anchos son Sus brazos de amor.
Esa noche tuve un profundo deseo por una hamburguesa que me motivó a conducir hasta el otro lado de la ciudad. El mundo necesita un gran deseo por Jesús que motive a la gente a entregarle su corazón. Y por el poder del Espíritu Santo, junto con un cambio que se está viendo en nosotros, Dios va a hacer grandes cosas. . . si le permitimos el señorío de nuestro comercial.
Este es solo un pensamiento, y doy la bienvenida al suyo.
Hasta la próxima,
blake
Copyright © 2022 by Blake Martin @https://pastorblakeman.wordpress.com/2010/11/30/our-life-commercial/ Ninguna parte de este artículo puede reproducirse o reimprimirse sin el permiso por escrito de Lifeword.org.