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Abr 26, 2021 00:35am
Cuando Usted Necesita Sanidad
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No hay duda de que este mundo ocupa un espacio de sufrimiento más que cualquier otro lugar de nuestro universo. La tierra está llena de eso. 

El sufrimiento nos encuentra a todos en algún momento. 

Todos lo hemos conocido, o al menos en algún momento lo conoceremos. 

Algunos de nosotros interactuamos con él a diario, y algunos de nosotros vivimos con él, sintiendo su presencia invitándonos en lo que nos pasa a cada momento.

Viene a nuestro encuentro con los recuerdos de algo o alguien que perdimos. 

Viene cuando menos lo esperamos. Casi parece como si esta fuera la presencia más activa del mundo, y lo único que todos queremos es que nos deje en paz.

Pero en nuestro sufrimiento, ¿a quién y a qué recurrimos? Si Dios está fuera de escena, entonces, ¿qué puede satisfacer y quién puede ofrecer algo tan poderoso como la eternidad? ¿Quién más puede ofrecer una esperanza sostenible? ¿Algo verdadero, inmortal, eterno?

Todo y todos se van en algún momento, entonces, ¿qué importa realmente?

Jesús de Nazaret es mejor conocido por sus afirmaciones de ser Dios, pero ¿qué hizo realmente mientras estuvo aquí? Las personas que lo abrazaron más lo hicieron porque Él trajo sanidad.

Él se encuentra con nosotros en el fondo, un lugar donde no podemos bajar más. 

Nos recibe al final, pero está allí con una mano de bienvenida. Él tiene una nueva dirección para nosotros, una nueva vida y una nueva identidad. 

Da el regalo de algo imperecedero. Ahí reside la esperanza verdadera, inmortal e interminable.

Todos buscamos algo para llenar el vacío y tener una sensación de paz, pero en estas cosas podemos encontrar valor temporalmente, pero nunca de forma permanente.

Esta es la esperanza: que Jesús ofrece permanencia, a diferencia de todo, de todo lo demás.

Cuando necesitamos sanidad, Él la ofrece.

Cuando necesitamos sanidad, Él la promete.

Cuando necesitamos sanación, Él la inicia.

Cuando necesitamos sanación, Él la sostiene.

Entonces, cuando necesite sanidad, puede recurrir a cualquier cosa que desee, pero sólo Jesús lo satisfará por completo, y la buena noticia es que él está allí para encontrarse con usted en su lugar más bajo y permanecer con usted desde entonces y en la eternidad.

Él es la esperanza, la salida de nuestro sufrimiento (un día finalmente) y la entrada de nuestra sanidad y descanso. 

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