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Oct 15, 2018 16:14pm
Familia Amorosa – #1
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“No reprendas al anciano, sino exhórtale como a padre; a los más jóvenes, como a hermanos; a las ancianas, como a madres; a las jovencitas, como a hermanas, con toda pureza.” 1 Timoteo‬ ‭5:1-2 RVR1960

En este texto vemos al Apóstol Pablo, dando instrucciones especificas en cuanto al trato que debía de tener Timoteo, su hijo en la fe y pastor de la iglesia en Éfeso con miembros en su congregación.

Pablo comienza diciendo “no reprendas al anciano, sino exhortale como a Padre” Timoteo era un pastor joven sin embargo aún a su corta edad Dios lo llamó al ministerio y en la condición de pastor él tenía que tratar los casos de pecado en su congregación ¿Cómo debería que actuar? si un anciano o adulto mayor pecaba él tenia que actuar sabiamente y de forma equilibrada, por una lado no debía de pasar por alto él pecado en la congregación y por otro lado aquellos que se encontraban en pecado deberían de ser tratados con respeto y consideración.

¿Cuántas veces vemos que en muchas congregaciones no se toma en serio el pecado? Muchos líderes con tal de no ofender al hermano o con tal de que el hermano no se valla de la iglesia pasan por alto la fornicación, el adulterio, la borrachera, el chisme, los pleitos y una serie de pecados que traen deshonra a Dios y al cuerpo de Cristo. Por otro lado también vemos a pastores tratando de forma abusiva y áspera a miembros que han caído, vemos que se ejerce disciplina cuando muchas veces no es necesario y vemos que pareciera que en lugar de buscar la restauración, buscan la destrucción de un hermano.

Timoteo debía de exhortar a los ancianos que han caído, la palabra exhortar significa, amonestar, animar, fortalecer o llamar a parte y al hacerlo debería de ir acompañado de humildad, amor y respeto, un trato de familia, un trato de hijo a padre.

En segundo lugar ¿Cómo debería de tratar a los jóvenes que han caído? La juventud es una de las etapas mas hermosas en la vida, es un tiempo en el cual las decisiones que tomemos marcan el resto de nuestra existencia, muchos toman decisiones sabias, otros por el contrario toman decisiones necias, sea cual fuera la decisión que hayan tomado o el pecado en el que hayan incurrido, uno pastor debiera de tratar al ofensor como a un hermano de sangre, con amabilidad, respeto, consideración.

En tercer lugar el trato que debe de tener un pastor hacia las mas ancianas en la Iglesia es como a madres, esto no significa que uno tiene que pasar por alto el pecado de una hermana, sino que debería de tratarlo como un hijo adulto amante trata a su madre que ha errado. Esto no es una tarea fácil, sin embargo requiere humildad, sabiduría y gracia.

Por último ¿Cómo debería de tratar un líder o pastor a una señorita? Como a una hermana, con toda pureza, el término pureza significa en completa conformidad con la ley moral de Dios, aunque también habla de pureza en el área sexual.

Las estadísticas de pastores que han caído en adulterio o fornicación con miembros de su congregación va en aumento ¿Por qué ocurre esto? La falta de carácter, sabiduría, pureza e integridad ocasiona todo esto. Una de las decisiones que como pastor he tomado en nuestra congregación es nunca aconsejar a solas a una persona del sexo opuesto, siempre hacerlo en grupo o al lado de mi esposa, esto es tan vital e importante en la vida de un ministro, muchas jovencitas vendrán con múltiples problemas buscando consejería pastoral, que triste sería ver a un pastor abrazando a una señorita intentando consolarla y ayudarla en el problema que ella tiene, esa no es la forma correcta de actuar. Agradezco a Dios que me dio una linda esposa que es mi apoyo en el ministerio, si una señorita tiene problemas o a caído en un pecado y necesita un hombro para ser consolada, el hombro de mi esposa o de una hermana espiritual en la iglesia es el mas apropiado.

Recuerden que somos una familia en Cristo, estamos para protegernos, corregirnos y animarnos los unos a los otros . Roguemos a Dios para que él nos de sabiduría e inteligencia en el trato que tengamos con los miembros de nuestra congregación.

–Paul Tinoco Huaraca

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