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“Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.” Apocalipsis‬ ‭19:16‬ ‭RVR1960‬‬

La segunda venida de nuestro Señor Jesucristo aquí a la tierra será un evento realmente glorioso y deslumbrante. El descenderá del cielo juntamente con su iglesia montado en un caballo blanco. En la cultura Romana se realizaban las procesiones triunfales, en la que el general victorioso cabalgaba su corcel de guerra blanco por la calle principal de la antigua Roma. En su primera venida nuestro Señor Jesucristo entró a Jerusalén montado sobre una asna, sin embargo, en su segunda venida vendrá como un conquistador montado sobre su caballo de guerra, con el propósito de destruir a los malvados, derrocar al anticristo, derrotar a Satanás y tomar el control de la tierra.

En el contexto el Apóstol Juan describe detalladamente su carácter. Dice el texto “Sus ojos son como llama de fuego”, esto puede indicar el carácter justo de sus juicios o de que nada escapa de la mirada penetrante del Mesías, también “había en su cabeza muchas diademas” estas sugieren que el Mesías posee soberanía ilimitada. “Su vestido estaba teñido en sangre”, este es un símbolo de las grandes batallas que Cristo ya ha librado y ganado en contra del pecado, Satanás y la muerte y de todas ellas ha salido triunfante. Y “De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones” Cuando Cristo vino por primera vez a este mundo fue humillado por los hombres, escupido, azotado, coronado de espinas, clavado en un madero y herido en un costado por la lanza de un soldado romano, sin embargo, cuando venga por segunda vez lo hará como Rey de reyes, Guerrero divino y Juez del universo. Juzgará a los rebeldes de la tierra que habrán unido fuerzas para pelear contra él y destruirá a todos los que han rechazado el maravilloso regalo de su gracia.

Este guerrero vencedor tiene varios títulos: primero se le llama FIEL Y VERDADERO, fiel porque cumple todas sus promesas y verdadero porque es el genuino heredero del trono de David; también se le asigna el título de EL VERBO DE DIOS, es decir quien ejecuta y cumple de forma perfecta todos los propósitos de Dios y por último el porta una insignia en su vestidura y en su muslo que dice “REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES” los soberanos orientales solían utilizar para sí mismo el título de rey de reyes y los emperadores romanos, especialmente luego de hacerse a sí mismo divinos utilizaban el título de señor de señores, sin embargo tan pronto pasaban los años la enfermedad, la angustia, el dolor y la muerte evidenciaban que eran simplemente mortales. Sin embargo, hay uno que venció la muerte, hay uno que viene con Poder y Gloria, hay uno que viene a destruir a las naciones y tomar posesión de su reino, su nombre es Jesús.

Waooo y ¿saben dónde estaremos nosotros? Estaremos junto con él, él nos cubrirá con su poder y grandeza y sus manos estaremos seguros. Cristo reinará por un periodo de mil años en esta tierra, y después por toda la eternidad.

¿no les parece maravilloso todo esto? ¿Por qué no unimos nuestra voz a la voz del apóstol Juan quien dijo “ven Señor Jesús”?. ¿Por qué no nos rendimos delante de él y reconocemos su grandeza? ¿Por qué como súbditos suyos no le servimos con todo nuestro ser cada día? ¿Por qué no tiramos a la basura el sueño americano y dedicamos nuestra vida a hacer su voluntad? ¿Por qué no hacerlo? Somos siervos y él es nuestro amado Rey.

–Paul Tinoco Huaraca