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“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” ‭‭Gálatas‬ ‭2:20‬ ‭RVR1960‬‬

Estas son palabras del Apóstol Pablo y comienza diciendo: “con Cristo estoy juntamente crucificado”. Hablar de crucifixión, tal vez no signifique mucho para nosotros ya que no es común ver ese tipo de castigo en nuestros días, sin embargo, para los judíos era sinónimo de muerte.

Era el peor castigo que uno podía imaginar, después de juzgar a una persona y declararlo culpable, lo golpeaban hasta casi dejarlo inconsciente, luego lo clavaban a un pedazo de madera, donde el dolor, la dificultad para respirar y la hemorragia lo llevaba a la muerte.

Nuestro Señor Jesucristo experimento esto ¿sabían que cada creyente experimento lo mismo al momento de colocar su fe en Jesús? Todos a causa de nuestro pecado y transgresión fuimos declarados culpables y teníamos solo una sentencia y esta era la muerte eterna, pero en el calvario a causa de los sufrimientos redentores de Cristo como nuestro sustituto y representante esta sentencia fue cambiada de muerte a vida, fuimos declarados justos y como tal herederos de la vida eterna.

¿no es esto maravilloso? Esta es la razón por la cual Pablo dice que esta crucificado juntamente con Cristo, seguido a esta gran verdad espiritual, añade: “ya no vivo yo mas vive Cristo en mi”

Pablo entendía bien que su viejo hombre estaba muerto y que ahora una nueva naturaleza moraba dentro de él, la naturaleza espiritual en el cual vive Cristo, y que por intermedio de él lo capacita para vivir una vida diferente, una vida que de gloria y honra a Dios.

Se cuenta de cierto misionero que viajó de Inglaterra al áfrica para servir a Cristo. Abordó un remolque costero para internarse en una región infestada de enfermedades, donde pasaría el resto de su vida. Cuando cambiaba de embarcación, se cruzó con un cínico traficante de esclavos que lo criticó por su decisión, y le dijo: “si va a ese sitio, morirá” a lo que el misionero, quien era un creyente devoto le contesto con suavidad “yo morí antes de salir de Inglaterra”.

Luego continua “y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios” en otras palabras Pablo no fue privado de su vida en este mundo, sin embargo ahora había una cuerda muy fuerte que lo unía a su Señor y esa era la fe. la confianza que tenia en su salvador era el canal mediante el cual Pablo recibía la fuerza que necesitaba para enfrentar cualquier reto.

Cuando colocamos nuestra fe en Jesús paso algo maravilloso, un acto de identificación tremendo, su muerte se hizo nuestra al pecado y su resurrección se volvió nuestra resurrección a una nueva vida. El pecado ya no reina mas sobre nosotros, ahora en Cristo podemos vivir como vencedores y no como víctimas, ahora en Cristo podemos vivir una santa, una vida agradable a nuestro Señor.

–Paul Tinoco Huaraca