Blog
“He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justicia a las naciones.” Isaías 42:1 RVR1960
Este texto no habla de cualquier siervo en general, sino de Jesús él Mesías, quien es siervo de Jehová. Nuestro Señor Jesucristo al descender a este mundo renunció a su autoridad independiente, sometiéndose por completo a la voluntad del Padre, ejemplo de ello son las palabras que dijo momentos antes de morir: “Padre mío, si es posible pase de mi esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.” Mt 26:39
Vino a este mundo como un siervo, y su llegada tomó por sorpresa a muchos. En lugar de nacer en un palacio digno de un Rey, nació en un humilde pesebre, en lugar de que lo atendieran los mejores médicos y funcionarios de la realeza, fue recibido por humildes pastores; en vez de riquezas, nació en un ambiente de pobreza. Nada tenía quien era poseedor de todo.
Su carácter fue el carácter de un siervo, no vino a gritar ni a alzar su voz en las calles, por el contrario, fue apacible y humilde, este siervo vendría humildemente para atraernos hacia sí y darnos su oferta de paz con Dios, disponible para todos los que creyeran en él.
Este siervo fue escogido por su Padre, este siervo fue cuidado y sostenido por su Padre, este siervo fue tan obediente que dio alegría al corazón de su Padre, este siervo vino con una misión y la cumplió de forma perfecta y un día no muy lejano traerá justicia a las naciones.
En el día de hoy no existe justicia en nuestras autoridades, tenemos jueces corruptos que por un poco de dinero dejan libre al culpable, tenemos autoridades que se hacen ricos a expensas de la gente pobre, en los últimos 30 años todos nuestros presidentes han sido acusados de corrupción y muchos de ellos fueron condenados. Esta clase de gobierno un día llegará a su fin, el regreso de nuestro Señor Jesucristo está cada vez más cerca y cuando esto suceda él gobernará sobre todas las naciones del mundo y estas experimentaran la rectitud y la justicia como nunca antes.
Muchos de nosotros decimos que Jesucristo es nuestro modelo de vida, pero la pregunta es ¿si alguien observara nuestra vida, podría decir que el servicio es algo que nos caracteriza?
En el siglo 18 hubo un movimiento que sacudió el mundo enviando miles de misioneros a los lugares más peligrosos de la tierra. Este fue el movimiento de los moravos. Los moravos comenzaron a través del conde Nicolas Zinzendorf, un joven rico que vendió todas sus posesiones para dedicarse a la tarea de predicar el evangelio, este conde comenzó una reunión de oración en su casa, una reunión que tenía que durar unas pocas horas y duro 100 años, de oración ininterrumpida. En uno de esos servicios dos jóvenes de 20 a 22 años dijeron a sus hermanos en la fe “El Señor nos ha llamado a predicar el evangelio a esos 3000 esclavos prisioneros en la isla Santo Tomás” (isla que pertenecía a los portugueses, donde se vendían los esclavos y que estaba dirigida por un casique que no permitía la entrada a la religión). Y cuando les dijeron ¿Cómo entrareis a ese lugar? Ellos respondieron el Espíritu Santo nos ha dado la estrategia, nos venderemos a nosotros mismos como esclavos y llegaremos a ese lugar. estos jóvenes vendieron todas sus posesiones y compraron un pasaje a la esclavitud y cuando les estaban despidiendo su madre y familiares con llanto en los ojos les preguntaron ¿porqué lo hacen?, ellos respondieron “para que el cordero reciba la recompensa por sus sufrimientos.”
Que hermoso testimonio, jóvenes que entendían que no estaban en este mundo para cumplir el sueño americano, sino para servir a su Señor sirviendo a las demás personas. Si él que es Señor y Maestro no vino a este mundo para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos, no existe otro camino por el cual tu y yo tenemos que transitar que el camino del servicio.
–Paul Tinoco Huaraca
PUBLICA UN COMENTARIO