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“Sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;” ‭‭Filipenses‬ ‭2:7‬ ‭RVR1960‬‬

Nuestro Señor Jesucristo al venir a este mundo, se despojó o se vació a sí mismo. ¿Qué significa esto? En primer lugar, les diré lo que no significa, no significa, que Jesús renunció a alguno o a todos sus atributos divinos al venir a este mundo, ni tampoco que dejó de ser Dios por un periodo de tiempo, sino que por amor a la humanidad y en obediencia a su padre dejó a un lado sus privilegios.

En primer lugar, dejó a un lado la gloria celestial, cambio aquellas moradas de eterna delicia por un mundo lleno de miseria y dolor, aquel santo y majestuoso delante del cual las criaturas más sublimes y asombrosas cubrían sus rostros, descendió voluntariamente a este mundo donde fue despreciado y desechado entre los hombres. ¡cuán profundamente sintió esto¡ esta es la razón por la cual momentos antes de entregar su vida, clamo al Padre: “Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese.”

En segundo lugar, renunció a su autoridad independiente, a lo largo de las escrituras vemos que se sometió por completo a la voluntad de su Padre. Juan 5:30 dice “no puedo hacer yo nada por mí mismo, según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre.

En tercer lugar, renuncio a las riquezas eternas, Cristo en la tierra fue pobre, esto se evidenció en la ofrenda que dio María y José al presentar a Jesús al Señor. Lucas 2:24 dice “y para ofrecer conforme a lo que se dice en la ley del Señor: Un par de tórtolas, o dos palominos” según el libro de Levítico si una persona no contaba con los recursos suficientes para comprar un cordero, este podía ofrecer una ofrenda de aves, que fácilmente podían ser cazadas en el campo. en relación a esto el Dr. Hendriksen dijo lo siguiente “Tan pobre fue, que siempre anduvo pidiendo prestado: un sitio para nacer (¡y qué sitio!), una casa donde posar, una barca para predicar, un animal en el cual cabalgar, un aposento en el cual instituir la Cena del Señor, y finalmente una tumba donde ser enterrado.

En cuarto lugar, renunció a una relación favorable con Dios, en la cruz del calvario Cristo clamó a gran voz “Elí, Elí ¿lama sabactani?, esto es Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has desamparado? En la cruz del calvario Cristo llevó en su cuerpo nuestros pecados, como dice Pablo “por nosotros fue hecho pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él” esta fue la razón por la cual su padre lo desamparó. Por el pecado del mundo en su propio cuerpo.

Y continua el texto “tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres”,Jesús fue un siervo consagrado, sabio y obediente, un siervo que humildemente cumplió la misión que se le había encomendado, bien dijo Jehová de él “he aquí mi siervo, yo lo sostendré; mi escogido en quien mi alma tiene contentamiento.” Era un siervo excepcional y por voluntad propia. Cierto día el mismo pregunto ¿Quién es mayor? ¿el que se sienta a la mesa o el que sirve? ¿no es el que se sienta a la mesa? Pues yo estoy entre vosotros como el que sirve.

Waooo que asombroso, si había una persona en el mundo que tenía razón para hacer valer sus derechos, era Cristo, sin embargo los abandonó.
Si el ser mas sublime del universo, si el rey de reyes y Señor de Señores decidió tomar la forma de un siervo, ¿quiénes somos nosotros para vivir de otro modo? Lo cierto es que queremos que la gente nos sirva, que la gente nos alague, que la gente nos reconozca y hable bien de nosotros, sin embargo ese no fue el camino del crucificado. Dios nos ayude a reflexionar profundamente en esto, no estamos aquí para tener dinero gloria y morir, estamos aquí para servir a nuestro amado Dios a través del servicio a las demás personas. No olvidemos que delante de Dios “La verdadera grandeza no se mide por la cantidad de personas que están debajo de nosotros, sino por la cantidad de personas a las que servimos.»

–Paul Tinoco Huaraca