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“Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo llevará los corderos, y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién paridas.” Isaías 40:11 RVR1960
En este pasaje vemos el cuidado cariñoso de un pastor para con sus ovejas.
En primer lugar, el pastor vela cuidadosamente por la alimentación de su rebaño. Dice el texto “como pastor apacentará su rebaño” El pastor con diligencia busca los mejores pastos y las mejores aguas para que cada una de sus ovejas estén bien nutridas y saludables. De la misma forma nuestro Dios hace con cada uno de nosotros, bien dijo David de él “Jehová es mi pastor, nada me faltará, en lugares de delicados pastos me hará descansar, junto a aguas de reposo me pastoreará” nuestro Dios suple todas nuestras necesidades. En el área física, Dios nos provee de salud, trabajo y energía para poder solventar nuestro hogar, en el área espiritual, Dios nos dio su bendita palabra que es la fuente de crecimiento espiritual para nuestras almas.
En segundo lugar, el pastor carga a sus corderitos cansados y los lleva al lado de su corazón, dice el texto “en su brazo llevará los corderos, y en su seno los llevará”. El brazo fuerte y poderoso de Dios que derrotó a todos los enemigos de Israel, es el mismo brazo que ahora muestra cariño y compasión. Los corderos son los animalitos más pequeños, en cuanto a edad son los menores de un año, estos son como los niños pequeños en casa, no pueden caminar rápidamente grandes distancias. Cuando todo el rebaño se mueve, sus patitas pequeñas se cansan fácilmente. Si nadie les ayuda, están se quedan en el camino, se pierden y son presa fácil del enemigo. Sin embargo, el buen pastor no permite que esto ocurra, cuando ve un corderito agotado en el camino lo toma entre sus brazos y lo lleva junto a su corazón.
Tengo un pequeño hijo de 11 meses que está aprendiendo a caminar, a veces en este proceso se tropieza y se cae, de pronto comienza a llorar, lo que hago es tomarlo entre mis brazos y colocar su cabecita en mi corazón, esto hace que pasado unos segundos deje de llorar, y nuevamente intente caminar. Dios hace los mismo con nosotros cada día. La vida cristiana no es fácil, va a ver momentos en que nos vamos a desanimar y querer tirar la toalla, va a ver momentos en que vamos a tropezar y vamos a caer, va a ver momentos en que nos vamos a agotar y cansar. cuando esto pase recuerda que él está al lado tuyo, recuerda que él está listo para levantarte y animarte a seguir en el camino, recuerda sus palabras “venid a mi todos los que estéis trabajados y cargados y yo os haré descansar”.
En tercer lugar, dice el texto “pastoreará suavemente a las recién paridas” . los corderitos requieren un cuidado especial para poder vivir, a parte del cuidado de su mamá oveja, el pastor tiene que brindarle protección, cuidado y fortaleza. Los nuevos creyentes son como estos nuevos corderitos, requieren alimento, cuidado y protección, esta es la razón por la cual Dios nos encomendó el trabajo de discipular a los nuevos creyentes. Jesús escogió a doce hombres comunes y corrientes, invirtió su vida en ellos y luego los utilizo grandemente en su obra. Por ejemplo, Juan quien era apodado Hijo del trueno por su carácter hostil y negativo, más tarde al pasar mucho tiempo con el maestro fue transformado en el discípulo amado, a quien Jesús encomendó el cuidado de su madre. Cada discípulo experimento un cambio tremendo y es porque permanecieron al lado del maestro. Él nunca los dejó, él nunca se cansó y se apartó de ellos. Si eres nuevo en la vida cristiana recuerda que el cristianismo no es una religión, sino una relación con Cristo, necesitas sentarte a los pies del maestro cada día, conversar con él, escuchar atentamente su voz y poner en práctica sus mandamientos. Solo así tu vida será transformada a la imagen de tu maestro.
Que hermoso pastor el que tenemos, gracias amado Jesús.
–Paul Tinoco Huaraca
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