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“Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no seas escasa; alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas.” Isaías 54:2 RVR1960
¿Qué es el éxito? El diccionario lo define como: “el resultado feliz o positivo de una acción o suceso” creo que todos anhelamos tener éxito en todas las áreas de nuestra vida. En nuestra familia ¿Quién no quisiera que sus hijos lo miren como un modelo a seguir? En el trabajo ¿Quién no desea poder ser ascendido y que la gente se sienta muy satisfecha del servicio que brindamos? En los estudios ¿Quién no quisiera graduarse con honores? Y en nuestra vida espiritual ¿Quién no quisiera convertirse en la persona que Dios quiere que seamos y lograr las metas que él nos ha ayudado a trazar en la vida?
Sin embargo, aunque todos deseemos lograr el éxito en nuestras vidas, son solo pocos los que lo alcanzan ¿Cuál es la razón? Es que no es una tarea sencilla. Se requiere cumplir ciertos principios que no están muy de moda en nuestros días.
Si queremos tener éxito lo primero que tenemos que hacer es invertir. ¿y que es invertir? Es la acción de dedicar una cantidad de tiempo, esfuerzo, estudio o dinero en una cosa con el fin de obtener resultados positivos.
La nación de Israel ves tras vez había ofendido y desobedecido a Dios, sin embargo, Dios en su misericordia promete no desampararlos y les insta a prepararse para algo grande, ya que dentro de muy poco tiempo sus habitantes serían tan numerosos que requerirán de más espacio para establecer sus moradas.
Esta es la razón por la cual les dice “ensancha tu tienda” las tiendas eran construcciones ligeras y fácilmente desmontables constituidas por una armazón cubierta con materiales flexibles como pieles o telas cosidas entre sí. Las tiendas se cuentan entre los primeros tipos de moradas hecho por el hombre y eran los que usaban comúnmente los pueblos nómadas en el medio oriente. El tamaño de una tienda varía según la riqueza del dueño y el número de ocupantes, pero en general los más grandes solo tenían dos a tres compartimentos. Dios le dice a su pueblo “agranda tu tienda y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas.” Esto era lógico ya que si las tiendas eran diseñadas con diferentes tipos de telas para agrandarlas había que aumentar o extender más tela a una tienda.
También Dios les dice “alarga tus cuerdas y refuerza tus estacas” Las tiendas estaban apoyadas sobre varios postes de 1.5 y 2 metros de altura, el más alto de los cuales estaba situado cerca del centro; para que estas se mantengan firmes contra el viento, disponían de cuerdas que se sujetaban al suelo con estacas. Estas cuerdas tenían que ser cambiadas por unas más grandes y estas estacas por unas más fuertes ya que la promesa del Señor estaba a la puerta.
Ensanchar, alargar y reforzar, no es una tarea sencilla, requiere inversión de tiempo, energía y recursos, sin embargo, esto era lo que Dios quería que su pueblo hiciese en espera y preparación del reino futuro del Mesías. No podemos esperar una cosecha si no nos hemos esforzado en arar, cuidar y cultivar la tierra.
No podemos tener éxito en nuestra iglesia ni en nuestro caminar con Dios, si no estamos dispuestos a invertir nuestras vidas en el Reino. Nuestro éxito dependerá de nuestra inversión de tiempo, energía y dinero en servir, evangelizar y discipular. ¿estamos dispuestos a hacerlo?
Se cuenta la historia de dos granjeros que necesitaban que lloviera, ya que de lo contrario perderían toda su cosecha, ambos se inclinaron a Dios y oraron por lluvia, pero solo uno salió a preparar el campo para recibirla. ¿En cuál creen que confió Dios para enviar la lluvia? Pues en el que preparo el campo. ¿Cuál es usted amado amigo? Dios le enviará la lluvia cuando esté listo, tiene que preparar su campo, tiene que ensanchar su carpa, tiene que invertir su vida en la causa de Cristo para recibirla.
–Paul Tinoco Huaraca
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