Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. 4 Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado. 5 Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente. 6 El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero. 7 Considera lo que digo, y el Señor te dé entendimiento en todo.

¡Hola! ¿Qué tal? Es un placer verte otra vez aquí en este programa y vamos a seguir hablando acerca de los Principios de Liderazgo desde el libro de 2 Timoteo. Y hoy estamos en capítulo 2 comenzando con versículo 3, déjeme leer esos versículos para nosotros. L a Biblia dice “Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. 4 Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado. 5 Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente. 6 El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero. 7 Considera lo que digo, y el Señor te dé entendimiento en todo”.   Vamos a orar. Señor Jesús, gracias por este día, gracias por el nuevo año que nos ha dado para servirte Señor, para honrarte y glorificarte. Señor yo oro por los que están escuchando mi voz, que Tú los bendigas Señor, que Tú proveas lo que necesitan y Señor que Tú levantes una generación de líderes que hagan la diferencia para el reino de Dios. Pedimos esto en el nombre de Cristo Jesús. Amén y amén. Hemos buscado este pasaje ya por tres semanas y hemos visto diferentes partes del liderazgo. Hemos visto que la fuerza para la batalla es Cristo Jesús, que es la gracia que encontramos en Cristo Jesús, encontramos esto en versículo 1 y en la semana pasada vimos que la estrategia de Dios para nosotros es el discipular. Que debemos encargar a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros, esta es la fórmula para el discipular. Pero hoy quiero hablar de la “Etiqueta del Líder Espiritual”. Y cuando yo digo etiqueta, estoy hablando de sus acciones del corazón, como su carácter, pero más interno. Nos da Pablo tres ejemplos: tenemos el ejemplo de un soldado, un atleta y un labrador/agricultor. Y podemos ver en estos tres ejemplos algunas de las cosas que debemos tener para ser líderes espirituales y eficaces en la obra del Señor. Primeramente, Pablo dice “Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo”. Pablo usa esta palabra, penalidades y sufre penalidades solamente una vez más en la Biblia, en Hechos solamente aparece una vez más en la Biblia. Y en versículo 8 de capítulo 1 dice “Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios”. Y aquí otra vez que “sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. Ninguno (aquí la razón) que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado”.   ¿Qué significa sufrir penalidades? Significa conforme a la palabra que Pablo usa, significa compartir sufrimientos juntos. No es algo anormal cuando un líder sufre, los lideres sufren en todas las partes de la obra del Señor. Y el mandamiento es que sufrimos juntos, como un equipo, que estamos en la misma batalla. Tenemos diferentes campos, hay campos grandes, campos pequeños, hay campos que parecen más fácil y otros que parecen más difícil; pero toda la obra del Señor y todos nosotros tenemos de enemigo a Satanás que está peleando contra nosotros. En esta palabra hay un prefijo, que significa “juntos” que nos enseña que debemos hacer esto juntos. No debemos estar en competencia unos con otros, pero debemos estar trabajando juntos y también sufriendo juntos. Cuando sufrimos en el ministerio debemos saber que no estamos solos, la etiqueta de un buen soldado es perseverar, endurecer, sufrir, no tirar la toalla blanca; en otras palabras, tenemos que seguir adelante. ¿Por qué? Porque queremos agradar a nuestro comandante. La Biblia dice en versículo 4 “a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado”. Mira a veces la batalla esta feroz y el Señor tiene que protegernos del enemigo, a veces Él quiere movernos y usarnos en un lugar diferente. La Biblia nos enseña en Salmos 23 que Él nos hará descansar, en otras palabras, Él manda que tenemos un descanso de vez en cuando. Pero no debemos estar listos a tirar la toalla cada vez que un problema viene a nosotros. Debemos de endurecer esas luchas, esos desafíos, esas batallas para ser un buen soldado. Porque queremos agradar a nuestro Señor Jesucristo, esto habla acerca de nuestro motivo porque quiere ser un líder espiritual. ¿Quieres ser un líder espiritual porque piensa que eso trae más fama? ¿Trae más gloria a usted? No, queremos hacerlo para agradar a nuestro comandante, la persona que nos llamó a ser un siervo, en primer lugar.   El segundo ejemplo habla acerca de nuestra integridad, dice en versículo 5 “Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente”. Hay un atleta que se llama Lance Armstrong es de los Estados Unidos y este atleta ganó su fama por ganar 7 veces el Tour de Francia en la bicicleta. Y este hombre tuvo una fundación que se llama “Livestrong” o “Vive Fuerte”. Pero de repente se dieron cuenta que él estaba usando esteroides y el perdió todo. El perdió toda su fama, todo el respeto para él, ellos quitaron los trofeos del Tour de Francia simplemente porque él no estaba en la competencia legitimante; él estaba usando drogas para ayudarlo a tener la ventaja. En la obra del Señor a veces estamos tentados a ver los números, a ver el dinero, a ver diferentes partes del ministerio. Para empezar si yo solamente puedo tener eso o puede hacer, no importa como yo lo hago. Yo tengo que hacerlo, yo quiero hacerlo. Pero en hecho el ministerio o la obra del Señor no vale nada sino es según las reglas del Señor. Cuando habla de legítimamente la palabra significa según las leyes, según las reglas y ¿Quién es que hace las reglas? Es Dios, Dios hace las reglas y tenemos que servir según las reglas que encontramos en la Palabra de Dios. Y últimamente en versículos 6 y 7 dice, “El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero”. Tenemos tres ejemplos: uno habla acerca de nuestro motivo, queremos agradar a nuestro jefe, queremos agradar al Señor Jesucristo; el segundo habla acerca de nuestra integridad, que luchamos legítimamente, que estamos en la batalla legítimamente, que no estamos usando las técnicas del mundo, no estamos usando los modos del mundo, pero estamos sirviendo conforme al Señor y conforme a la voluntad de Dios; y últimamente el labrador/agricultor debe trabajar primero para recibir el fruto, la pereza en el ministerio es una lástima y a veces explica porque no hay fruto en la obra del Señor. Dios no va a darnos frutos solamente porque estamos trabajando, seguramente Él no va a honrarnos cuando somos perezosos o cuando somos flojos, cuando no queremos trabajar para el Señor. Tenemos el trabajo más importante del mundo, estamos sirviendo al Rey, estamos sirviendo al que creó el mundo con su Palabra.   Debemos trabajar primero para ver el fruto, debemos trabajar para agradar a nuestro Señor Jesucristo y debemos trabajar con integridad como un buen soldado, como un buen atleta y como un buen labrador. Yo sé que estás trabajando fuertemente y yo oro por ustedes, oro que Dios le use y que use su trabajo para la gloria de Dios. Y recuerde estamos juntos en la batalla. ¡Dios le bendiga! ¡Hasta la próxima vez!