Copyright 2016-2019 Lifeword
Lunes De Liderazgo - Principios de Liderazgo
Lunes De Liderazgo - Principios de Liderazgo
Michael Hight
(First Baptist Church Caldwell AR – Lifeword )
Aired on Nov 23, 2020
Dic 01, 2020
Duración:
00:11:51 Minutes
Vistas:
21

Escritura

2 Timoteo 1:1

Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, según la promesa de la vida que es en Cristo Jesús, a Timoteo, amado hijo: Gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y de Jesucristo nuestro Señor

Bienvenidos a otra edición de Lunes de Liderazgo. Es un privilegio estar aquí de nuevo con ustedes. Hoy vamos a comenzar un nuevo estudio, las últimas semanas hemos hablado de Haciendo Héroes, pero hoy vamos a estar hablando acerca de “Principios de Liderazgo” o “Principios para el Líder Espiritual” desde el libro de 2 Timoteo. Déjame darte un poquito de contexto porque esta epístola, esta carta es perfecta para los lideres porque fue escrita de un líder a otro líder. Timoteo es el recipiente, él es la persona que recibió la carta y Pablo su mentor, está encarcelado en Roma. Timoteo es un pastor en la ciudad de Efeso, pastoreando una iglesia y él tiene problemas en la iglesia, tiene problemas en la vida tratando de servir al Señor. Y Pablo escribe una carta porque él sabe que esta es la última vez que él va a poder hablar con Timoteo de esta forma o en otras palabras mejor dicho que Pablo está pasando la cena, él está pasando su tiempo, ya se acabó su tiempo para servir al Señor. Y él sabe que Timoteo va a ser un líder principal en la obra de la iglesia. Pablo comienza su libro en 2 Timoteo 1:1 diciendo “Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, según la promesa de la vida que es en Cristo Jesús, a Timoteo, amado hijo: Gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y de Jesucristo nuestro Señor”. No voy a leer toda la carta, pero vamos a tomar un principio.   Desde el principio de Pablo que el comenzó su ministerio, el entendió que Dios tuvo un plan para su vida, que él fue enviado por Dios, fue llamado por Dios y que Pablo tuvo su motivo, su razón, sus raíces en la fe, todo vino de Dios. Pablo no se llamó a si mismo al ministerio, él fue llamado por Dios, cuando él dice apóstol de Jesucristo, un apóstol de alguien enviado y él sabía que Jesucristo había enviado a Pablo para hacer la obra de misionero. Para un líder es muy importante que entendamos nuestra raíz, no una raíz física, pero nuestras raíces espirituales. Y de dónde viene nuestro llamado, de donde viene el impulso para hacer lo que estamos haciendo. Y para Pablo el entendió claramente que él fue un apóstol de Jesucristo ¿Con quién está sirviendo usted? ¿A quién está sirviendo? la persona que te guía, que maneja, que dice lo que debe hacer. En nuestro caso el Señor es la persona que nos guía en nuestro ministerio, su principio uno, es que tenemos que entender de donde viene nuestra autoridad para servir al Señor.   Pero segundo, Pablo dice en versículo 6, del 1 capitulo dice “Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”. La idea es que Timoteo estaba sufriendo de una falta de fuego, una falta de ánimo para el ministerio. Y esto pasa a los ministros, cuando comenzamos tenemos energía, tenemos una visión, tenemos ánimo, somos muy animados para ser pastores o ministros del Señor. Pero en el curso de la batalla, en el curso de nuestro ministerio a veces el fuego esta extinguido por las circunstancias de la vida. Un líder del Señor, un siervo del Señor debe entender que siempre hay tres enemigos que están luchando contra este líder. Primeramente, tiene el mundo, el mundo está contra Dios, porque el diablo está encargado del mundo y el mundo no quiere que alguien sirva a Dios. Segundo, en nuestra propia carne, en nuestro propio ego dice yo quiero hacer lo que yo quiero, en vez de hacer lo que Dios quiere que yo haga. Por fin, el diablo está peleando contra nosotros, actualmente en el libro de Efesios 6 la Biblia nos enseña dice: “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo”.   Un líder para el Señor siempre está bajo el ataque del enemigo, siempre tiene que pelear con el enemigo. Y por eso a veces el fuego y el ánimo del líder se caen y estamos pensando ¿Dónde se fue el ánimo que yo tuve cuando yo comencé el ministerio? Y a veces los ministros, yo pienso que Timoteo en este libro fue frustrado, fue temido y fue cansando. Y eso es normal para los líderes del Señor porque la batalla real, la batalla esta feroz y tenemos que ser valientes para seguir adelante a veces cuando no queremos seguir adelante. No queremos ir haciendo la obra del Señor, a veces suena mal, suena mal, porque no queremos admitir que hay veces que queremos tirar la toalla blanca, pero es la verdad y tenemos que ser honestos. Para avivar el fuego, avivar significa reactivar, significa alcanzar de nuevo una acción; en otras palabras, el fuego estaba con Timoteo, pero por alguna razón el fuego estaba más bajo que como estaba anteriormente. Entonces como podemos manejar esta situación cuando no tenemos ánimo, cuando estamos cansados, cuando estamos frustrados, cuando estamos sufriendo en la obra, en nuestra familia, cuando nuestras familias están sufriendo, cuando nuestros cuerpos están sufriendo.   Primeramente, tenemos que ser honestos con nosotros mismos. Tenemos que admitir, mira hay problemas espirituales que yo tengo, siempre estamos enseñando a otros, siempre estamos predicando a otros, siempre estamos diciendo a otros que deben hacer. Pero primeramente yo tengo que mantener mi relación personal con Dios. Si te sientes bajo en tu ánimo para tu ministerio vaya a un lago, vaya a un lugar aislado, toma tu Biblia, un lapicero y un cuaderno espiritual y habla con el Señor. Se honesto con sí mismo y se honesto con Dios, Él sabe cómo te sientes, Él sabe tu esfuerzo espiritual. Ser honesto, mira yo estoy sufriendo en este tiempo, estoy cansado, estoy frustrado la iglesia o mi ministerio no está creciendo, no estoy haciendo discípulos, gente no están aceptando a Jesús y por eso yo estoy muy desanimado. Debes ser honesto con Dios acerca de esas cosas y toma tiempo para sí mismo. Un siervo de Dios no puede servir sino tiene energía física, sino tiene energía mental.   Nuestro propio cuerpo, nuestra propia vida vale y el principio de hoy es que cuando estamos viviendo el fuego de Dios, cuando estábamos sirviendo a Dios y perdimos el fuego, el ánimo que Dios nos ha dado para el ministerio. Debemos recordar lo que Pablo dice en Filipenses 4:13 cuando él dice “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. Y la importancia de su relación con Dios puedes verlo cuando lees Filipenses 2:13 y dice “porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad”. A veces perdimos el fuego porque estamos trabajando en nuestra propia fuerza y no estamos dependiendo en Dios. Pero Dios quiere darnos lo que necesitamos, Dios quiere darnos lo que tenemos que tener para hacer la obra del Señor. La Biblia dice que Dios no nos ha dado un Espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. El enemigo quiere quitar nuestro poder, él quiere quitar nuestro amor y él quiere quitar nuestro dominio propio. En otras palabras, él quiere causarnos a perder nuestra mente y emociones en el servicio del Señor. Principio uno, recuerde Dios es la autoridad por el ministerio; principio dos, avívese el fuego del don de Dios, toma responsabilidad para tu animo en la obra del Señor, si tu no estas animado la gente que tu estas guiando no van a ser animados. Hermanos anímense, estoy orando por ustedes, anímense el Señor va a venir pronto, anímense la obra del Señor vale el esfuerzo y la energía que usamos para servir a nuestro precioso Señor Jesucristo. Dios le bendiga.

Otros archivos en esta serie