Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede.

Hace cinco años una señora de una iglesia donde predicaba me pidió un consejo, me dijo Pastor yo necesito hablar contigo; cuando yo le dije dime que está pasando, ella dijo: Mi esposo ya es un pastor, y yo le dije ¡Aleluya, gracias a Dios! que Él llamo a su esposo para ser un pastor. Y ella me dijo, no, tu no entiendes, el problema es que mi esposo es una persona en la iglesia, pero es otra persona completamente cuando está en la casa. Cuando está en la iglesia es pura sonrisa, él está en un buen sentir, buen humor. Pero cuando llegamos a la casa siempre está gritando, está enojado es una persona completamente diferente de lo que es cuando él tiene la corbata y está predicando en la iglesia. Este hombre faltaba a la autenticidad, él tuvo una idea de cómo debe ver, vestir y ser un pastor.  Y en vez de ser él mismo, como Dios lo había creado, él estaba tratando de imitar a alguien más y eso lo puso como crisis de identidad.   Dios nos ha creado con personalidades diferentes, con dones espirituales diferentes, con habilidades diferentes. Y la mezcla, la combinación de esas diferencias hace el instrumento que Dios quiere usar, Él no quiere que imitemos a alguien a más, Él no quiere que tratemos de ser alguien más. Él quiere que tratemos de mejorar quien somos, pero nunca de imitar a alguien más. Es muy importante que usemos y ministremos por medio de quien somos, es la autenticidad y sin la autenticidad nunca vamos a ser un buen líder o un líder con éxito, un líder eficaz; en otras palabras, yo soy quien soy porque Dios me ha hecho como soy. Y si Él quería crear en mi la combinación de personalidad, habilidades y dones espirituales, si Él quería crearme de esta forma es porque Él tiene un rol único para mí y Él tiene un rol único para ti.   Un día mi cuñado hizo algo malo contra mi esposa (su hermana), cuando yo defendí a mi esposa, nunca dije palabras malas, nunca dije algo que estuviera fuera de la Biblia, no estaban mal las palabras. Pero, si, yo defendí a mi esposa, y él me dijo como puedes defender a tu esposa cuando tú eres un pastor, tú eres un pastor con corbata y con la Biblia, etc. Yo le dije “mira yo era un hombre antes de ser pastor, yo era un esposo antes de ser pastor, y nunca debes pensar que yo no voy a defender a mi esposa; sea con alguien en la iglesia o sea con alguien afuera de la iglesia, eso es quien soy”. Y nuestra autenticidad está muy similar a nuestra integridad, no podemos tener la autenticidad sino tenemos la integridad. Jesús dijo en Mateo 5:37 “Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede”. En palabras cortas lo que Cristo decía es que cuando decimos algo eso debe ser la verdad, no debemos decir “Sí” cuando realmente estamos pensando en “No”; eso no es auténtico. Yo tengo un amigo muy cercano, pero nunca puede decirme no, aun cuando él no tiene ninguna intención de hacerlo. Yo puedo pedir algo, “si hermano, si hermano, yo voy a hacerlo” y nunca lo hace, falta a la autenticidad, es mejor decir “No” sino puede hacerlo que decir “Sí” y nunca hacerlo.   La autenticidad es lo que hizo a Jesús diferente, Jesús era Jesús en cualquier momento de su vida, sea en la cruz, cuando Él bendijo a las personas, pidió permiso por sus transgresiones, por sus pecados, fue lo mismo cuando Él estaba hablando con la mujer en el pozo. Jesús fue Jesús todo el tiempo y Él quiere que sus seguidores sean auténticos, nunca vamos a ser el instrumento que Dios quiere que seamos sino somos auténticos. Dios no te ha llamado a ser alguien más, Dios te ha llamado a ser tu mismo; a tomar su personalidad, su carácter, sus habilidades, sus dones espirituales y deja que Dios mejore y use toda esa combinación esa mezcla para la honra y gloria de Dios para engrandecer el reino. Pero si siempre estamos tratando de ser algo que no somos, no podremos ser usados por Dios en la manera que Él nos creó. Es como un carro, alguien diseño un carro para ser manejado, pero si alguien más dice, no, yo voy a usar el carro de otra forma; en vez de manejar el carro yo voy a empujar el carro. Eso cambia la razón por el carro, cambia la razón por el diseño del carro. Y si tú y yo tomamos lo que Dios nos ha dado y tratamos de cambiarlo o usarlo de una forma que no es conforme al plan del maestro, nunca vamos a ser lo que Dios quiere que seamos, nunca podremos hacer lo que Dios quiere que hagamos. Nuestra identidad debe ser basada en nuestra autenticidad que viene de nuestra integridad. Ore hoy que Dios te de la confianza, fe y el coraje de ser la persona que Él quiere que tú seas, en el Nombre de Cristo. ¡Dios le bendiga!