Escritura
Así pues, tengan mucho cuidado de no olvidar las cosas que han visto, ni de apartarlas jamás de su pensamiento; por el contrario, explíquenlas a sus hijos y a sus nietos.
Moisés quería asegurarse de que el pueblo no olvidaría todo lo que había visto hacer a Dios, así que instó a los padres a que enseñaran a sus hijos los grandes milagros de Dios. Esto ayudaba a los padres a recordar la fidelidad de Dios y servía para transmitir de una generación a otra las historias que narraban los grandes hechos de Dios. Es fácil olvidar las formas maravillosas en que Dios ha trabajado en la vida de su pueblo. Cada uno de nosotros podemos recordar los grandes hechos de la fidelidad de Dios en nuestras vidas. El milagro más grande que todos debemos recordar en nuestra salvación. Debemos compartirla, debemos contarla a nuestros hijos, familia y amigos.