Escritura
Por lo tanto, el que está unido a Cristo es una nueva persona. Las cosas viejas pasaron; se convirtieron en algo nuevo.
Es maravilloso poder ver que los cristianos son nuevas criaturas desde su interior. El Espíritu Santo les da vida nueva y ya no serán los mismos jamás. No hemos sido reformados, rehabilitados o reeducados; somos una nueva creación, viviendo en unión vital con Cristo. Colosenses 2:6-7 nos dice: Por eso, habiendo recibido a Jesucristo como su Señor, deben comportarse como quienes pertenecen a Cristo, con profundas raíces en él, firmemente basados en él por la fe, como se les enseñó, y dando siempre gracias a Dios. Convertirnos no es simplemente dar la vuelta a una hoja nueva, sino empezar una vida nueva bajo un nuevo Maestro.