Escritura
pero el Señor me ha dicho: “Mi amor es todo lo que necesitas, pues mi poder se muestra plenamente en los débiles.” Así que prefiero gloriarme de ser débil, para que venga a residir en mí el poder de Cristo.
Aunque Dios no le quitó la aflicción física al apóstol Pablo, le prometió demostrar su poder en él. El hecho de que el poder de Dios se muestra en gente débil debiera darnos valor. Si reconocemos nuestras limitaciones, no nos sentiremos orgullosos de nosotros mismos, al contrario, nos volveremos a Dios, buscando el camino para ser más efectivos. Debemos confiar en Dios, para ser eficaces en el engrandecimiento de su reino acá en la tierra. Nuestras debilidades no sólo nos ayudan a desarrollar nuestro carácter, sino que también profundizan nuestra adoración, porque al afirmar nuestras debilidades, afirmamos la fortaleza de Dios.