1 Vino palabra de Jehová a Jonás hijo de Amitai, diciendo: 2 Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y pregona contra ella; porque ha subido su maldad delante de mí. 3 Y Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis, y descendió a Jope, y halló una nave que partía para Tarsis; y pagando su pasaje, entró en ella para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia de Jehová.

¿Qué has hecho cuando Dios te ha llamado a una misión que no deseas cumplir? ¿Hacia dónde corres cuando quieres evitar su voluntad? Dios llama al profeta Jonás para que vaya a predicar a la gran ciudad de Nínive y anuncie su juicio. Sin embargo, en lugar de obedecer, Jonás huye en dirección contraria, tomando un barco rumbo a Tarsis. Su desobediencia provoca una gran tormenta que amenaza con hundir la embarcación. Los marineros, atemorizados, descubren que Jonás es el causante del problema y, a petición del propio profeta, lo lanzan al mar.  Este capítulo nos muestra que no se puede huir del propósito de Dios y que, incluso en medio de la desobediencia, Dios sigue obrando para cumplir su plan y mostrar su misericordia.