(Asociacion Mision Bautista de Nicaragua)
Escritura
Mat 2:1 Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, Mat 2:2 diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle.
Los magos eran hombres astrólogos, sabios que servían de consejeros a la corte y a sus reyes, de países orientales. Estos sabios tuvieron que viajar miles de kilómetros para conocer al Rey de los Judíos, que había nacido en Belén de Judea. Tal como había sido profetizado antes. Estos sabios tuvieron que viajar y soportar por mucho tiempo climas muy duros, y condiciones no muy agradables. Ellos dejaron la comodidad de sus casas, familia, tareas o fanes de su trabajo, quizás a cuenta de vacaciones. Usarían todos sus ahorros en su viaje. Y cuantas otras cosas más, todo por adorar al Rey de los Judíos. Cuando ellos por fin llegaron a Jerusalén, considerando que las gentes de esta ciudad estarían consientes y emocionados de aquel gran acontecimiento, el nacimiento del Mesías, el Salvador. Pero fue todo lo contrario, aquel gran y único acontecimiento estaba pasando desapercibido por la mayoría. Los sabios, preguntando y guiados por Dios mismo, llegaron a conocer a Jesús, su vida se llenó de gozo, de mucha satisfacción y paz. Realmente el viaje había valido la pena. Sus vidas nunca más serían las mismas después de aquel maravilloso día. Pudieron haber dicho unos a otros, “viste lo logramos. Valió la pena todo nuestro sacrificio”. Estimado amigo, usted también puede buscar, creer y recibir a Jesús en su corazón. Es de sabio hacerlo. No piense en que puede perder para lograrlo, piense en la recompensa, en la satisfacción y la paz que su alma recibirá, al encontrarse con su Salvador. Búsquele ahora mismo.